¿Por qué esa mirada señora?, fue mi pregunta ante sus ojos desorbitados y su rostro pálido y fruncido ante mi sola presencia, no es que parezca un criminal o algo así, es que ella vio algo que no fue acorde con su idea de "como debe verse una persona", ¿miedo, temor, susto? no, solo prejuicio, solo el resultado de sus vivencias, tal vez en algún momento alguien con un aspecto en algo similar al mío la agredió, le quitó algo, tal vez las historias de sus vecinas la llevaron a creer ciegamente que todo aquel que salga de su norma es un potencial peligro. No me conflictúa la reacción, tengo cosas importantes de las que preocuparme, pero me preocupa un poco saber que hay demasiadas personas fijándose en datos triviales, perdiéndose la oportunidad de conocer a alguien que podría ser muy agradable, limitándose a sí mismos. El real problema vino después, cuando su bella hija llegó de la mano conmigo, al entrar por la puerta de su negocio la señora estuvo a punto de colapsar, "Mami te presento a Juan Carlos... mi novio" fue hace mucho cuando uno no tenía el teléfono en la mano casi todo el día, la foto habría sido un "bestseller". Pasaron los años, la hija se fue, eligió otro rumbo en compañía de alguien más, terminó tan lejos que no volvimos a hablar, pero la señora, ¡ah la señora!, aún nos vemos una vez al mes, tomamos un café, conversamos y recordamos, una muy grata compañía. Curiosa vida...