Petróleo crudo
Caracas ciudad capital de Venezuela a finales de la década de los años treinta y primeros de la del cuarenta, es aun la ciudad de los techos rojos y al caer la noche una figura se desliza al amparo de la oscuridad de forma sigilosa y ágil sobre muros y tejados. Penetra aquí y allá a través de alguna ventana a la cual alguien olvido cerrar o simplemente forzándola, rápidamente ya dentro de la casa procede a revisarlo todo, joyas, dinero y cualquier valor guardado es rápidamente apropiado y de la misma forma ágil en que llego así de esa misma manera nuestro personaje desaparece en la obscuridad reinante. Ala mañana siguiente el lamento de los afectados perturba la calma de la mañana y recorre la ciudad de un lado al otro. La policía de entonces poco puede, solo algunos lo mencionan de pasada: “petróleo crudo” los ha robado. Así con este apodo fue conocido un singular personaje que durante cerca de diez años (1936-1945) mantuvo a la capital venezolana en jaque con su carrera delictiva, que llegó a tener renombre nacional (aunque sería en 1928 que inicia su carrera delictiva cometiendo su primer atraco amparado en las protestas estudiantiles de aquel año, al robarle a un transeúnte 10 bolívares). Su nombre real fue Cruz Crescencio Mejías, natural de Carúpano (otras versiones afirman que nació en la Guaira en 1910, el mismo habría afirmado desconocer su fecha y lugar de nacimiento), Estado Sucre. Llega este a la ciudad de Caracas a la edad de nueve años luego de abandonar su hogar y en su adolescencia logra embarcarse como grumete en un barco de la empresa naviera Red Line. Recorre el caribe, los puertos de Estados Unidos, Cuba y Panamá entre 1927 y 1931 hasta que problemas con la oficialidad del barco ponen fin a su corta carrera de marino. De nuevo en Caracas prueba suerte con el ámbito deportivo dedicándose al boxeo, sin suerte alguna. A partir de este momento se iniciara en lo que será la profesión de su vida y que lo dará a conocer ante la opinión pública nacional: la de ladrón. En su actividad delictiva petróleo crudo despojo a muchísimas familias caraqueñas de sus joyas y demás ahorros, sus víctimas generalmente advertían que las había visitado a la mañana siguiente o a los pocos días al buscar los valores guardados. Alrededor de él se empezó a tejer rápidamente toda una leyenda que le atribuyo toda clase de habilidades y poderes .Una de estas decía que para realizar sus delitos entraba en las viviendas totalmente cubierto de brea de la cintura para arriba, con el objeto de camuflarse en la oscuridad y ser casi invisible (no olvidemos que él era afrodescendiente y era decir de todos que tenía pacto con el diablo) y que le dio un aspecto terrible que asustaba a todos, adultos y niños. La policía llego a atraparlo en varias ocasiones y pronto se fugó de todas las prisiones (fue conocido también como “el rey de las fugas”) en que fue recluido, acrecentando más su fama. También se dice que opero en ciudades del interior del país entre ellas Maracaibo, Barquisimeto y un sinnúmero de poblaciones cercanas al Distrito federal. Muchos diarios tanto nacionales como regionales recogieron sus hazañas delictivas.
Una de las tantas veces que la policía logro apresarlo, fue sentenciado a reclusión en la para entonces terrible prisión de la isla del Burro (también había estado detenido antes en el presidio de Araira, sometido a trabajos forzados en la construcción de carreteras, así como en la tenebrosa “Rotunda “y en el presidio de las tres torres de Barquisimeto de donde también logra fugarse), situado en un islote dentro del lago de valencia, de la cual logra escaparse en dos oportunidades, nadando
En 1941 el ministro del interior del gobierno de Medina Angarita ante la imposibilidad de mantener preso a petróleo crudo, decide consultar a Federico Landaeta, uno de los primeros jefes de investigaciones de la naciente policía, la mejor manera de mantenerlo en prisión. Este recomienda el meterlo en una jaula gigante en vez de un calabozo y esta es construida donde se le recluye y se le proporcionan libros. En ella pasa hasta quince horas seguidas leyendo, especialmente obras de los mejores juristas del mundo .Esto le trasforma y termina escribiendo bajo seudónimo para varios periódicos de aquel tiempo, especialmente La Esfera y el Universal pidiendo la reforma del código penal vigente.
Su insistencia en dicha reforma llevo al Dr. Tulio Chiossonne ministro del interior, a plantearle al presidente Medina la situación y este decidió indultarle. Le fue otorgado un cargo en la administración pública, nombrándosele fiscal de la junta reguladora de precios, y se le veía por los mercados populares vigilando a los vendedores y afirmando que ahora estaba defendiendo los intereses del pueblo.
En el año de 1942 y con motivo de su matrimonio recibe un regalo por parte de la presidencia de la república, por la nada despreciable suma para la época de 300 bolívares. El acontecimiento fue cubierto por todos los diarios de la capital en esa época y como padrinos de la boda estuvieron varios periodistas, aunque según otras fuentes fue el mismo presidente medina el padrino de su boda y el Dr. Chiossonne el padrino de su hijo posteriormente.
Pero aquella situación no podía durar demasiado. Muy pronto las viviendas caraqueñas empiezan nuevamente a ser víctimas de hábiles despojos , luego de varios años de vida honesta y tres años después de su boda este ha reincidido aparentemente en su antiguo oficio, esta vez es rápidamente capturado y enviado al cárcel modelo de Caracas donde muere de un disparo poniéndose fin a su carrera delictiva (el mismo afirmaría ser inocente de dichos robos, específicamente del robo de 72.000 bolívares en una mansión del Paraíso, zona residencial exclusiva y por lo que habría sido detenido). Igualmente surgen otras versiones que afirman que es de una puñalada que muere o que se trató de una especie de conspiración ya que nadie se hubiera atrevido a matarle dada su amistad con el presidente Medina, y su gran popularidad dentro de los sectores caraqueños menos favorecidos y que posiblemente le abría las puertas a una posible carrera política ya que era un personaje verdaderamente carismático.
Cruz Crescencio Mejías “Petróleo Crudo” fue una autentica leyenda en su tiempo, tanto mientras vivió como luego de su muerte. Especie de Robín Hood para algunos, pues se dice que reparte el fruto de sus delitos entre los más pobres en aquella caracas en la que ya se perfilaban los futuros cinturones de miseria que la adornan hasta la actualidad, que algunas de sus actividades fueron de intensa labor social o así como de un verdadero demonio para otros, que sería el líder de una banda que amparada en la complicidad de muchos, era un gran azote para la población ya que nadie se salvaba de su acción delictiva. Cruz Crescencio se transforma y perfila así en un personaje popular fuera de serie, cuyos rasgos terminan desdibujados por la leyenda hasta incluso terminar siendo objeto de culto de la religiosidad popular a través de diversas manifestaciones del espiritismo que le ha incorporado a sus altares de adoración, donde acuden muchos fieles a solicitar sus favores y milagros.
Fuentes:
Revista El Desafío de la Historia
www.espiritismovenezuela.com
www.monografias.com