Cuando fallan mis familiares

Gloria se sentía atrapada, sus cinco hermanos y hermanas mayores rehusaban ayudarle, lo peor era que trataban de hacerla sentirse culpable por lo que había hecho.

Gloria era la menor de la familia, sus hermanos y hermanas se casaron y se fueron del hogar, pero ella se quedó para atender a su madre anciana y enferma, finalmente fue demasiado para ella, no podía manejar sola la situación, pidió ayuda a sus hermanos y hermanas.

No puedo hacerlo, dijo uno, porque tengo que trabajar.

No cuentes conmigo, dijo otro tenemos hijos y sería demasiado para nosotros.

Tú no tienes hijos, le dijo una hermana, es más fácil para ti que para nosotros, tú tienes que hacerlo, pero Gloria no podía seguir atendiendo sola a su madre, estaba agotada, nerviosa y tensa, la única solución que le quedaba era poner a su madre en un asilo para ancianos para que la enfermera la atendieran, lo comentó con sus hermanos.

Como puedes pensar en eso, después de todo lo que ella ha hecho por ti, le preguntaron en tono de reproche.

De modo que Gloria no hizo lo que había pensado, continuó esforzándose para salir adelante con el cuidado de su madre.

Porque sigues haciendo esto, preguntó una amiga a Gloria, lo mejor que puedes hacer es poner a tu madre donde puedan atenderla bien, si lo hago, contestó Gloria, mis hermanos y hermanas me detestaran.

Te aman ellos ahora, preguntó su amiga, por su forma de actuar no parece que te aman, has lo que consideres que es mejor, fue difícil para Gloria, quería que sus hermanos y hermanas la amaran, pero la vida no es un cuento de hadas.

No abandonamos a los que queremos, porque se hagan viejos, enfermos o tengan un mal momento, por el contrario, nos siguen pareciendo hermosos, y seguimos amando el alma y la luz interior que nos cautivó por primera vez, esto no es otro que el camino del corazón.

El resultado de nuestros actos, sean útiles o no, nos enseña el valor de la vida y nos descubre nuestros propios valores.

Creamos en esos momentos maravillosos para que recordemos lo mucho que Dios nos ama y para que tengamos presente de dónde venimos, la belleza y el amor no se nos otorga porque seamos más especiales que otros.

Cada miembro de la familia tiene, o debería tener, sus deberes, los auténticos deberes familiares consiste en ayudarse dentro de un sistema de apoyo mutuo que abarca todas las dimensiones de la vida, desde los aspectos prácticos y económicos hasta los de índole psicológicos o espiritual.

Dios ha hecho que mis hermanos y amigos se alejen de mí y me traten como un extraño, mis parientes y amigos me han abandonado, los que vivían en mi casa me han olvidado.

Con Dios como guía y compañero constante estamos en paz, así como sé que el amor nos envuelve, también reconocemos esta verdad para nuestros seres queridos, Dios los guíe por su camino correcto.