La vida de Julián transcurría ajena al tiempo que marcaban los relojes que arreglaba. Un hecho fortuito lo borró de este mundo y los mismos relojes cayeron sobre él para que la ironía de su destino se convirtiera en una leyenda. Bien hecho, amiga. Éxitos...
Hola amigo, muchas gracias por su comentario y por tomarse el. Tiempo de leerme. Así es, su destino fue toda una ironía.