El tema de esta semana es, como siempre, muy interesante y al mismo tiempo muy triste porque habla a viva voz de la gran pérdida de los valores morales que se está materializando en muchos de nosotros. A pesar de que no estaba enterada de esta situación, siento que con lo que he leído en el texto de la amiga @genomil es suficiente para condenar estas acciones. Ella ha utilizado una expresión que, gráficamente explica y calza correctamente con este comportamiento. Estas personas están "mordiendo la mano que les da de comer"

Los venezolanos siempre nos hemos caracterizado por ser personas con buena carga de positivismo, hermandad y de correcto accionar; en otras palabras personas confiables, que no le tienen miedo al trabajo duro aunque el pago por el mismo no sea proporcional; y lo que esta noticia nos informa está relacionado directamente con el deterioro y casi pérdida de nuestro gentilicio.

Al parecer, nuestros conciudadanos, no solo se han dejado llevar por la situación económica que nos azota y por la cual han tenido que abandonar el país, sino que también se han convertido en personas diferentes, en aquellos en quienes no se puede fiar.

Es triste porque además de que se exponen de manera individual, como un fraude también ponen en entredicho la credibilidad del resto de los venezolanos; aquellos quienes aún guardamos respeto por los demás y como un plus, le siguen añadiendo rayas al tigre.

Particularmente, no siento que la situación económica del ciudadano común deba tomarse como una excusa para estafar o robar, un motivo como este jamás será válido o por lo menos razonable. Lo que si creo es que se han dejado llevar por la usura y de manera consciente han hecho el mal para obtener lo que quieren.

Me llena de indignación que por las malas acciones de algunos, la ya deteriorada imagen de los venezolanos en el mundo siga decayendo y creo que todos deberíamos condenar esta clase de procederes.