El jardín vacío de un botánico.
El jardín vacío de un botánico.
Nos fuimos juntos a la universidad. Años de estudios, donde las largas noches sin dormir, eran nuestras únicas compañeras. El mundo de la botánica es tan amplio que pareciera que aún quedan muchas plantas por descubrir. A veces siento que no las conozco a todas, y creo que es verdad. Y es que no conozco ni a mi mejor amigo. Antes creía que le conocía. Iluso de mí. Pero no conocer a todas las plantas no me causa dolor. No conocer a mi mejor amigo y a mi mujer, eso sí me duele.
Las mujeres son como las plantas. Indescifrables y difíciles de cultivar, algunas, transparentes y muy fáciles de plantar, otras. Si la planta quiere, se adaptará a tus cuidados y te regalará hermosas hojas y maravillosas flores. Pero si no quiere, no importa cuánto le riegues, cuánto le cuides, sus hojas siempre estarán mustias y sus flores estarán siempre ausentes.
Eso fue lo que me pasó con mi mujer. Al principio estaba rozagante y llena de energía. Su belleza me hechizó cuál jacinto en flor. Lo que yo no sabía era que, al igual que el jacinto, mi mujer requería de muchos cuidados y atenciones. Y que de nuevo, al igual que el jacinto, su floración dura tan solo dos o tres semanas. Así como la canción, yo la regaba, la cuidaba, le cantaba, la protegía. Pero ella no quería mis atenciones. Mis cuidados le irritaban y solo florecía junto a mí, porque quería que otro admirara su belleza. Pero aquel otro, inmerso en los estudios como estaba, no se enteraba de que había una flor dispuesta para él. O eso creía yo, que tampoco me enteraba. No lo hice hasta mucho tiempo después.
Amante de la botánica como yo, Orland, había descubierto a mi jancito al mismo tiempo que yo. Supo que me había maravillado y no se atrevió a contarme que él también estaba hechizado. Me ocultó sus sentimientos, pero a ella le mostró en todo su esplendor, sus cuidados, cariños y se entregó a protegerla a la par que lo hacía yo. Desconozco por qué ella aceptó ser mi esposa, si era con él con quien se sentía feliz. Desconozco por qué, él aceptó que ella fuera mi esposa, si era él quien quería amarla, cuidarla y protegerla. Yo también lo hacía, es decir, la amaba, pero no sabía que no era correspondido. Ahora lo sé. Ahora soy yo quien vive marchito. Ahora soy yo, quien no florece, ni tiene ganas de sembrar alguna vez de nuevo.
Este relato ha sido creado para participar en el "Concurso de Arte y Escritura #124"
Puedes leer las pautas para participar acá en este link
Invito a participar a @nakary y a @santamorillo.
Este es el mejor relato que he leído hasta ahora. Suerte.
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Me encantó leerte. Gracias por estar.
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Así es. Qué bueno fuera que al reconocer que esa relación no tiene más caminos, sanamente se avanzara y se dieran la oportunidad de encontrar ese ser que sí corresponderá. Gracias por tus bonitas palabras. Abrazos. Seguimos escribiendo.
Saludos a toda la familia. Un abrazo.
Linda historia ambientada en el interés por la botánica, le deseo mucho exito con su publicación .
Muchas gracias.
Emotiva historia y el símil con las plantas esta genial, incluso el titulo ya nos anuncia lo que sucederá. Hay que conocer los deseos y necesidades de las personas que pasaran una gran parte de nuestra vida con nosotros y realmente reconocer si seremos felices con ellas. Me gustó tu historía. Un gran saludo.
Me alegra que te guste. En la vida pasa que se riega con mucho esmero una relación y no se da como quisiéramos. Otras veces hay más suerte y encontramos la semilla perfecta para nuestros cuidados. Gracias por venir.
Hola
Tu historia me impresionó mucho. La manera de narrar me ubco en la epoca y hasta en el modo de pensar de este amigo amanye de las plantas.
Felicitaciones
Muchas gracias, agradezco tu apreciación.
¡Saludos amiga!🤗
Los seres humanos solemos tener mu ha similitud con la naturaleza y, curiosamente esto lo comprendemos cuando nos atrevemos a sumergirnos en su mundo para conectar con ella.
Te confieso que leyendo tu historia, pensé mucho en la metáfora del árbol. Tenemos tanto de él que, a veces me cuesta trabajo comprender por qué no sabemos relacionarnos correctamente entre nosotros.
Te deseo mucho éxito en la dinámica... Un fuerte abrazo💚
Somos muy parecidos a las plantas, raro es que no hagamos fotosíntesis je,je,je. Muchas gracias por tu agradable comentario.
Eso de que las plantas crecen en lugares más locos es verdad, en la acera de mu casa, nació una mata de guayaba y hasta una guayaba tuvo.
Yo la arranque por qué no iba a prosperar.
Saludos y bendiciones