Todos hemos oído que hay que vivir la vida como si fuera el ultimo día, sin embargo, no le damos la debida atención a la frase e incluso me atrevería a decir que, en ocasiones, nos cuesta mucho vivir.

Hace aproximadamente cinco años sentí un pequeño bulto en mi pierna al cual no le di mucha importancia debido a que, siendo la segunda vez que me salía (el primero me había salido hace catorce años), confié en el primer diagnóstico que me dieron indicando que era benigno. Sin embargo, para aplacar la preocupación que crecía en mi mente me propuse visitar al médico y esta sería una decisión que le daría un giro a mi mundo, pues al reevaluar la biopsia, me indicó que había algunas irregularidades con lo que me informaron la primera vez y lo que tenía en ese momento no parecía un simple tumor, sino que tenía características cancerígenas.

Pasaron muchas cosas por mi cabeza y la preocupación empezó a crecer cada vez más, se lo dije a mi familia más cercana y solo le pedí a Dios mucha fortaleza y sabiduría para sobrellevar esta adversidad. Empecé por buscar diferentes opiniones y un error que cometí, debido a la negación y el miedo a que tenía me confirmen el cáncer, fue tardar en ir al especialista al que debía haber ido: un Cirujano Oncólogo. Finalmente, terminé en el hospital para que me hicieran una cirugía.

_{Foto actual en donde pueden visualizar la cicatriz en mi pierna. Foto de mi autoría tomada con mi teléfono blu.}

Una vez que me extirparon y entregaron el pequeño tumor, fui a un laboratorio muy reconocido para solicitar la biopsia y el resultado fue lo que no quería escuchar “liposarcoma bien diferenciado”, no pude evitar las lágrimas en mis ojos, pero me mantuve fuerte y pidiéndole mucho a mi Dios. Por el nombre, sabía que mi cuadro no era el más grave, ya que al haber investigado al respecto conocía que un “tumor bien diferenciado” era el termino para referirse a uno que se encontraba encapsulado y no presentaba metástasis.

Desde ese momento empecé a verme con el especialista quién, mientras me solicitaba algunos estudios me indicaba que estuviera tranquila pues el cáncer estaba iniciando y el comportamiento del tumor era como el de uno benigno. Hubo necesidad de operar nuevamente para extraer más de las partes grasas porque, al haber ciertos bordes comprometido existía el riesgo de que volviera a salir.

_{Aquí pueden notar la hendidura en mi pierna. Foto de mi autoría tomada con mi teléfono blu.}

Nunca perdí mi optimismo y por ello le doy gracias a Dios, y aunque sé que lo mío fue mínimo en comparación a los otros pacientes cuyas expresiones de tristeza me lo decía, la vida me sacudió y aprendí a ser menos frívola, tener más empatía y vivir plenamente, me enseño que cada momento hay que disfrutarlo y apreciarlo ya que mañana es tarde como dicen por ahí.

_{Un mes después de la operación celebrando con mi tía y mi hija que todo había salido bien. Foto de mi autoría tomada con mi teléfono blu.}

Nuestra vida podemos perderla en un abrir y cerrar de ojos o las cosas pueden cambiar en un instante así que vive cada momento, disfruta, ríe, canta, aprecia lo que tienes y evita quejarte pues si lo analizas, hasta en la situación más difícil que te encuentres, hay razones para ser feliz. Invito a @anirbasf y @veronik28dic a unirse al concurso

Dios te bendiga.