Una imagen, un poema #3: La prueba de amor

Me dice al oído, mi novio Fernando
que él ha decidido que antes de casarnos,
por el bien de la familia y de nosotros dos,
que yo le dé antes la prueba de mi amor.

_¡Pero si ya te dí una colonia que me salió bien cara
y hasta una cadenita de oro por la que aún estoy empeñada!
le digo a Fernando que insiste como un niño
que aquellas cosas materiales no son prueba de mi cariño.

_¡Pero, mi amor, cómo vas a decir semejante mentira
si solo porque te amo he roto mi alcancia!
Le debo a Juliana y también a Lucrecia
el dinero que gasté haciendo tu fiesta.

En cambio tú, Fernando Buendía,
me regalaste una cadena que se puso negra al otro día;
y si fueron los zapatos que compraste en el remate,
los saqué para ponérmelos y se despegaron al instante.

Entonces no me vengas con cuentos de camino
que si tú te quieres casar conmigo
no es por lo que yo te dé antes
porque sí es por dar, ya te he dado bastante.

Suficiente prueba de mi amor tienes
que siendo tan feo, de brazo me lleves.
Y si en todo caso, eres tú el que me tienes que dar
casa, carro, anillo, porque sino, no me caso contigo.

HASTA UNA PRÓXIMA OPORTUNIDAD, AMIGOS