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Una imagen, un poema #7: La casa se inundada

Regresando del aeropuerto
encontró su cuarto desierto
y aunque era una cosa sencilla
aquella soledad, para ella, era una pesadilla.

Recordó los momentos vividos
con aquel que pensó amor bueno
y fue un amor traicionero
de esos que en sus besos dejan veneno.

Tan sola que a las lágrimas les dio rienda
porque no hay dolor peor que cuando se cae la venda
y descubres que un gran amor te destrozó el alma
y que esas heridas solo el tiempo puede sanarlas

El llanto aguantado por los recuerdos
hicieron temblar el joven cuerpo,
que memoria tiene de las caricias,
pero ya no está el amor deseado y jurado,
solo una traición que llega con la brisa.

Entonces las lágrimas comienzan a caer
y se hace un río con ellas.
Las manos no pueden contener
el agua salada que cae de las mejillas.

Flotan los floreros, la mesa y las sillas,
flota la cama matrimonial herida.
No hay nada en la casa que sirva de orilla
y que la salve de morir ahogada de melancolía.

Porque hay amores que matan
poco a poco y en silencio,
como el río que crece
que se lleva todo
como si fuera un incendio
y es solo tristeza convertida en agua
que llevamos dentro.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS