Antonio no quería que su cumpleaños fuera como siempre, por eso organizó una fiesta para festejar y celebrar con sus compañeros de trabajo, a los que casi no conocía. # _Tal vez una fiesta sirva para hacer amigos -pensó Antonio.

No celebraba desde que era niño, que su madre le hacía una torta y él la llevaba a la escuela para que sus compañeros, quienes jamás le hablaban, le cantaran su cumpleaños y comieran dulce.

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Pero este año sería distinto, pensó Antonio, así que invitó a todos sus compañeros de trabajo con los que hablaba de vez en cuando y luego fue a las tiendas a comparar todo para la celebración. Él mismo se encargó de decorar su casa y de encargar su torta y los pasapalos, también compró bebidas y hasta algunas máscaras para jugar y bailar en la hora loca. Como a las 8 estuvo listo y desde esa hora empezaron a llegar los invitados.

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La mayoría de los compañeros ni le hablaron, tal vez porque nunca habían tratado con él, pero comían y bebían de todo lo que había en la mesa. Antonio sentía que aquel cumpleaños era diferente a los anteriores porque su casa estaba llena de gente. A las 12, ya no había comida tampoco bebida por lo que los invitados, así como llegaron, sin saludar, se marcharon. Entonces Antonio quedó solo nuevamente, en aquella casa sucia por la fiesta, llena de globos rotos, servilletas por todos lados y latas vacías. Al final de cuenta, sí había tenido un cumpleaños diferente.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS