Buenos días mis estimados amigos digitales de la plataforma.
Primero quiero agradecer a los amigos de @venezolanos stemm por proponer este interesante tema, que nos hacer ver a una de nuestras prendas de vestir como parte de nuestra historia personal.
También quiero pasar a invitar a @naka05 @ennysdelgado @adrianagl para que se unan a esta dinámica. Seguramente expondrán la vena creativa que les caracteriza.

Mis Todo-Terreno

No es que mis zapatos estén fabricados para aguantar todo tipo de terreno, es que por mi dinámica han tenido que hacerlo.
Desde que vi este tipo de modelo en una zapatería, hace unos seis años atrás, siempre me gustaron por varias razones: son cómodos, son resistentes, y los puedo usar tanto en situaciones en las que debo caminar mucho por diferentes terrenos, como en situaciones de un poco más de formalidad como en una entrevista o para dar clases.

Se han convertido en Todo-Terreno

Además me gusta que son discretos, y no ostentan una marca en específico, es decir, que son casi anónimos al ojo de quien los ve, y eso me gusta.
Nunca he sido de los que le da mucha importancia a la forma de vestir, pero una cosa sí me parece importante: por encima de todo, hay que estar cómodo, y estos zapatos ofrecen eso.
Vivo a unas cinco cuadras del centro de mi ciudad, y es allí donde se desarrolla la mayoría del movimiento comercial y administrativo de la zona, así que bajar al centro -porque debo bajar una rampa pronunciada de unos 80 metros de altura aproximadamente- es cosa habitual.

Son cómodos y se ven bien

En algún momento tenía un calzado que era una tortura, y por eso desde ahora privilegio la comodidad por encima de la fachada.
Es cierto que también tengo unos calzados deportivos y otros que son un poco más formales, pero debo admitir que estos son mis preferidos.
Puedo seguir enumerando características de estos zapatos, pero todo lo voy a resumir en una sola frase: “son los únicos que tengo que cumplen con ser todo-terreno y así no tengo que perder el tiempo decidiendo qué me voy a poner”.

No pierdo tiempo decidiendo

Y cuando se me gastan, voy a la misma zapatería a la que he ido en los últimos años, y pido un modelo igual. Así de sencillo.