Venezuela Concurso | Semana 17 | Mi vida es un cuento | @Wanusagi

in Venezolanos Steem3 years ago (edited)

Antes de leer:

¡Holis! ¿Cómo estás? Esta vez estoy participando en un divertido e increíble concurso del usuario @Soyliliena. Lleva como título: Mi vida es un cuento. Nos piden soltar nuestra imaginación con nuestras cosas cotidiana, nuestro día a día habitual con diversas fotos, sin importar viejas o actuales que sean. ¡Aquí lo encontraras!

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En lo personal, he querido hacer un cuento acerca de algo importante para mí: mi gato. Ya sé, es extraño, quizás muy extraño, pero siento que desde el inicio de la cuarentena, mi gato es mi total distracción a las costantes preocupaciones personales y familiares. Mi papá o mi mamá, si están preocupados o estresados por la situación, mi gato va a aliviar un poco la carga en sus hombros. Este cuento es acerca de él.

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Érase una vez, una pequeña humana:

No es que los gatos somos una existencia vanidosa, o, al menos, como muchos piensan que nos creemos: superiores al espécimen de la raza humana, aunque de todos modos, lo somos.

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Y no, no digo que la minina que duerme de una manera tan tranquila en la cama. Y no, no es que suponga que es una chica tonta, obviamente sí; porque ayer fue unos de esos días donde con emoción se queda despierta toda la noche divagando sin motivo alguno, pero no lo digo por ello. Lo digo porque por donde lo miré, no me quiso prestar atención, embelesada con el aparato que tenía en las manos, ¡incluso me acerque para frotar mi cabecita a ella! No obstante, recibí indiferencia por su parte y aún así, de forma insistente, quería reposar sobre su pecho.

¡Pero, con mucha facilidad, me ha regañado por distraerla tanto!

Tengo la extraña sensación que quizás cueste creer, pero debo reconocer: ella es tan tonta que piensa que, incluso en el transcurso del día, ya me presta suficiente atención... ¡Pero que se cree! ¡Es una ridiculez! Sin embargo, si los gatos somos algo, en lo personal yo respondería que persistente.

Hacemos lo que queremos hacer, ¡esto no se quedaría así, Weldys!

Ya amaneció y, por lo tanto, salto hacía la cama, noto que tiene los pies sin cubrirse de la sabana, es mi oportunidad. Le doy dulces mordisquitos y le rasguño en los dedos para despertarla. Ella se sacude enseguida, negándose a incorporarse del sueño, sin embargo, nada de lo que haga imposibilita mi asalto.


Alterno a colocarse la sábana sobre su cabeza buscando la victoria, pero puedo sentarme sobre su cabeza. Después de todo era mi asiento favorito. Pero se levanta finalmente, exclamando que un día de estos podría matarla por asfixia. Comencé a maullar repetidamente cuando se dirige al baño.


Deseo llamar su atención de alguna manera, así que corro por impulso para esconderme cerca del baño para asustarla.


Veo, escondido detrás de una cortina, como la madre de Weldys camina por la cocina mientras preparaba el desayuno y atarearse desde temprano. Me agrada muchísimo porque puedo amasar sobre ella de una forma confortable.

Cuando Weldys se acerca más y más hacía el baño, ¡buum! ¡La asusté!

Pega un pequeño brinco y pierde rastro de cansancio en su expresión. Quiero una pelea alocada con las extremidades de sus pies, sin embargo, tengo que seguir corriendo porque anticipó la jugada de ella. Saltó, la esquivo, ella me intenta atraparme, pero ambos nos detenemos cuando escuchamos la voz del padre.


Le regaño por dejarme subir al sofá y me bajé. Observó como después se aleja el felino más grande del hogar, el papá.


El cielo tiene una luz tenue, aún no había alumbrado lo suficiente para empujar la noche pero el papá continuaba avanzando sin que su semblante diera respuesta de titubear, como si poseyera mi visión tan nítida hacía afuera.


—¡Se te olvido el tapabocas! —regaña la mamá al hombre. Esas palabras las repite muchas veces desde hace meses.

Jugamos un rato más a cazar, persiguía y atrapó a las presas mientras ella cepillaba los dientes y enjuaga su rostro.


Hasta que la llama la mamá y ella se destina a la cocina para degustar su desayuno.

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Le comencé a maullarle, yo también tengo muchísima hambre. Al cabo de unos segundos, ella me echó una mirada y puedo notar su expresión claramente. Su rostro rígido, pero avergonzado me indica justamente la verdad:

—Se me olvidó comprarle la comida ayer… —Murmura, masticando su aperitivo.

Me coloca entre sus brazos para disculparse, pero me dice que saldrá después de comer... ¡Los humanos son unos tontos! ¡Pero ella lo es más!

¡¿Por qué me está tomando tantas fotos?!

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¡Muchas gracias por leer hasta el final!


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Todas las fotografías o gif mostradas a lo largo del cuento pertenecen a mi propiedad. Tomada por el celular de mi hermana @angiemargelews; Huawei Honor 7s.

Sort:  

Muy entretenida tu historia. Los gatos tienen un temperamento bastante peculiar y con frecuencia se les tilda de indiferentes o arrogantes. Su sereno andar se mantiene hasta que uno decide acariciarle la panza y se acaba la paciencia, trayendo como resultado un zarpazo bien merecido. ¡Mucha suerte en el concurso @wanusagi!

#affable #venezuela

¡@leonelb, muchas gracias por su buenos deseos! Me alegra que te haya gustado. Y tienes toda la razón, los gatos con sus peculiares costumbres suelen considerarse odiosos o engreídos, pero todo lo contrario, son un amor ¡y más cuando te amasan sobre vos! 💕

¡Que hermosa y divertida historia!