De regreso...

Los días pasaron, muchas cosas acontecieron en el trabajo de las cuales escribiré luego... tal vez... Pero el momento de partir llegó, luego de un mes y medio de trabajo duro y grandes logros me había ganado mi viaje de regreso para visitar a mi familia, besar a mis hijas, darle el pésame a mi hermano y sí, descansar un poco...

Mis jefes no tenían caras de alegría y esa fue la que me ofrecieron toda la semana pero sabían que era inevitable, no había nada que hacer, regresaría a casa de todos modos.

Todo eso estaba por quedar atrás, con el boleto de avión comprado y mucha ilusión de volver a besar a mis mujeres le llegué al aeropuerto, 2 horas antes del vuelo como exige la aerolínea para revisiones y todo eso, solo que al llegar me enteré que esas 2 horas de espera se convertirían en 5 porque según ellos el vuelo se había retrasado 3 horas.

No podía regresar, estaba destinado a pasar el día en el aeropuerto. Muchas personas molestas porque no avisaron con tiempo, otros solo fueron a sus casa para volver más tarde... yo me quedé a conocer personas muy amigables que llegaban al aeropuerto con diferentes destinos nacionales.

Es curioso, estuve prácticamente todo el día en el aeropuerto pero solo me dio hambre y ganas de ir al baño luego que pasamos la revisión policial, ya no podía devolverme para ir al baño por lo que tenía que aguantar sí o sí las ganas... Por otro lado si había un pequeño cafetín en el que podía comprar algo que comer.

Los precios eran exageradamente elevados pero mi estomago no estaba en condiciones de regatear... entonces, luego de pagar 7 dólares por un cachito y un refresco (que en condiciones normales no pasan de 3), exactamente cuando eché a la basura la servilleta aparecieron algunos representantes de la aerolínea con algunos alimentos que habían preparado para nosotros de forma gratuita en compensación por habernos hecho esperar. ¿Puedes creer?, bueno más refresco = más ganas de ir al baño.

No me mires así, me lo tomé porque me gusta el refresco y pensé que estábamos por abordar el avión, si hubiera sabido que el retraso duraría una hora extra te juro que no lo hubiera tomado porque fue toda una hora de tortura en mi vejiga.

Pero finalmente llegó el avión, pude abordarlo para regresar a casa dejando atrás los días de trabajo y nostalgia, al menos de forma breve... sí, todo esto ocurrió hace más de una semana, pero te lo cuento ahora porque estando con mi familia me olvidé de internet, no quería más que compartir con ellas.

Gracias por leerme una vez más.

Todas las fotos son de mi autoría