Gracias por tus palabras, @edwardstobia. Sí, comprometerse a tocar sobre la base de un esquema armónico fijo es una estética rígida cuando la música es algo repetitiva, como en este caso. Variar algo de ese esquema es una posibilidad que siempre estará al alcance de la creatividad del artista, y hacerlo, de manera solitaria, parece algo sencillo, pero en el fondo no lo es. Sin embargo, el compromiso se vuelve mayor cuando se trata de 2 o más intérpretes que están trabajando de memoria, al no estar leyendo música. El enfoque y la concentración debe ser mayor y ceñirse a lo acordado. Por lo general, nos cuesta mucho comprender que la buena música es el resultado del entendimiento entre músicos, la disposición a hacer lo que indica la pauta y apoyar el rol protagónico del otro. En este caso, se trató de armonías muy sencillas que sonaron en el momento apropiado y de un pulso constante que se mantuvo firme. Reitero mi agradecimiento por tu comentario y aprovecho la oportunidad para indicar cuál fue la clave de lo que hicimos.