Desde tiempos muy antiguos se ha escuchado de fantasma, en la biblia hay un relato en que los discípulos estaban en la barca en medio del mar, Jesús llego caminando sobre el mar y ellos pensaron que era un fantasma y empezaron a gritar llenos de miedo, el fantasma del miedo, el temor común que a todos acomete en diferentes grados y con infinidades de motivo en el diario vivir en esa lucha por la vida es lo que más constituye a trastornar la vida interna afectando incluso hasta la fisiología y el metabolismo.

La mayoría de la gente no tiene idea exacta acerca de la importancia de dominar por completo a tan poderoso enemigo de nuestros tiempos en todos los aspectos de nuestras vidas.

Todos somos afectados por el fantasma del miedo en varadas e infinitas formas en la que el puede atacar a los humanos, porque no es solamente el temor frágil que se puede sentir por causa de pequeñeces comunes a muchas personas mayores, también hay maneras de verse molestado por este vago sentimiento que todas las actividades de la vida diaria… ¿No se teme infinidad de veces por cualquier circunstancia que se desarrolle en la lucha por la vida?, diariamente se nos presenta acontecimientos o situaciones en nuestra profesión, en nuestro trabajo habitual, en el empleo con el que nos ganamos el sustento, que nos causan determinado temor que nos angustian por el resultado más o menos adverso que pueden tener una determinada situación o fenómeno de esa perpetua lucha.

Cuando esto sucede perdemos el sueño, muchas veces pensamos con miedo los resultados que puedan suceder de los hechos que estamos viviendo.

Nadie está libre del fantasma del miedo en sus variadas formas de atacarnos, algunos los más fuerte o de mayor fe logran soportar sus ataques y sacudirse de sus perjudiciales consecuencias.

Cuando siento miedo, pongo en ti mi confianza. (Salmos 56:3)