Paseos por el Románico Palentino: el monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos

in ES TravelFeed2 years ago (edited)

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En el término municipal de Olmos de Ojeda, no lejos de esa vecina población de Moarves de Ojeda, la portada de cuya iglesia, dedicada a la figura de San Juan Bautista, continúa manteniendo, al cabo de los siglos, su fascinante magnetismo, uno de lo más impresionantes monasterios que se levantó tempranamente en esta tierra, participando de las influencias de unas cofradías anónimas de canteros que acompañaban la gran aventura añadida al prodigioso Camino de Santiago, por un lado y la fantasía cultural desbordante que se hizo fuerte en el corazón de los Picos de Europa, por el otro, todavía continúa reclamando la atención de cualquier espíritu no sólo por el Arte Románico en particular, sino por el Arte en general.

A pesar de su decadencia, inevitable después de que los azarosos avatares históricos fueran también en su caso, como en el de otras muchas fortalezas del espíritu de su estilo, la metafórica espada de Damocles que se abatiera inclemente sobre él, un simple vistazo resulta más que suficiente para convencerse de que lo que sobrevive de este antiguo monasterio de Santa Eufemia de Cozuelos, es tan soberbio, tan elegante y tan extraordinario, que no sería descabellado, en absoluto, afirmar que con su simple visión, ya tenemos la disculpa perfecta para padecer gustosamente ese calentón artístico que la psicología analítica, a instancias de lo sucedido al autor de obras como ‘Rojo y Negro’ en Florencia, pasó a denominarse como síndrome de Stendhal.

Situado a un lado de esa carretera general, que teniendo como base Cervera de Pisuerga, conecta dos puntos tan dispares, como son los monumentales Picos de Europa y la esteparias desolaciones de la Meseta castellana, este magnífico templo, que en realidad, es lo más significativo de lo que en tiempos fuera un importante monasterio, hunde sólidamente sus raíces en un siglo, el XI, cuando en España se desarrollaba, con todo su fragor, la Reconquista y en Tierra Santa, los cruzados todavía tenían esperanzas de consolidar aquella utópica ilusión de consolidar lo que por entonces se dio en llamar el Reino Santo de Jerusalén.

Monasterio de dueñas o monjas hasta bien terciado el siglo XV, en el que éstas lo abandonaron para instalarse definitivamente en Toledo, a pesar de su grandeza, lo que vemos hoy en día, apenas hace justicia a lo que debió de ser en ese intervalo histórico que la Historia, cuando no esa desoladora circunstancia, la causalidad, nos ha escamoteado y que hoy, aun admirándolo como se merece, deja una lánguida sensación en el alma, la que no deja de recordar aquellos misteriosos versos de François Villon, cuando se preguntaba a dónde fueron las nieves de antaño.

No deja de ser una paradoja, que actualmente se encuentre dentro de una propiedad privada y que en aquellas herméticas instalaciones donde las poderosas dueñas se dedicaban a sus intimidades espirituales, lejos de ese mundo exterior, donde las almas se condenaban, dejándose llevar por el imperio de los sentidos, hoy se hayan habilitado salones bien dispuestos para la celebración de todo tipo de actos lúdicos.

Dejando estos pormenores aparte, podemos continuar la visita, describiendo un templo, cuyo diseño continúa respetando los antiguos patrones básicos del arte románico, distribuyéndose su planta en forma de cruz, con su ábside principal y dos pequeños absidiolos añadidos, que corresponderían con las tradicionales Capillas de la Epístola y del Evangelio, respectivamente, y dotado, curiosamente, de un edículo rectangular, en forma de torre, que recuerda los modelos de la arquitectura basilical visigoda, que fueron tan característicos de la geometría sacra peninsular, hasta la invasión agarena del siglo VII.

Esta singularidad y siempre salvando las distancias, por supuesto, induce a que no sean pocos los autores, entre los que me incluyo, que llamen la atención sobre su voluntarioso parecido con otro de los templos insignia del románico palentino, que situado también en pleno Camino de Santiago, está considerado, además, como uno de los más representativos del arte románico español: el templo de San Martín de Frómista, población en la que, anecdóticamente, nació San Telmo, el santo de las tempestades.

El templo de Santa Eufemia, consta de dos portadas de acceso: la principal, situada en el lado de poniente -tenía su sentido, simbólicamente, pues los fieles entraban directamente en dirección este, hacia la luz, representada por la resurrección del sol naciente- y otra más pequeña, situada en el lado sur, junto al crucero, en la que puede verse una inscripción latina con el nombre del autor: ‘Nicolao me fecit’, o lo que es lo mismo, ‘Nicolás me hizo’.

Si bien las esculturas de ambas portadas optan por la sencillez de sus representaciones, aves y motivos foliáceos, la escultura de los pocos capiteles sobrevivientes de lo que en su día fuera el claustro monasterial, denotan, en sus trazas, esas influencias que caracterizaron parte del espléndido arte que se desarrolló a la vera de ese centro de singularidades, que son los Picos de Europa y más concretamente, en lugares como Piasca.

De entre ellos, cabe destacar, por su singularidad e importancia, aquel que muestra al ángel y a las Tres Marías en el sepulcro vacío de Jesús.

En el año 2013, se descubrieron parte de unas antiguas pinturas románicas, recubiertas de cal, como fue costumbre a raíz de las múltiples epidemias de peste que se produjeron en la Edad Media, que muestran la figura de un ángel turiferario.

AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, como el vídeo que lo ilustra, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.

VÍDEO RELACIONADO:


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Lo que siempre me ha llamado la atención y siento admiración al observar son la columnas , en este país se caen los edificios dejando a familias enteras sin su patrimonio , me da tanta rabia pensar en esto , algunas personas trabajan y trabajan para comprar su apartamento , y en pocos años quedan sin nada , nadie responde .
Mejor te deseo un feliz día

Creo que eso, por desgracia, ocurre en todas partes. Estos edificios, aun sólidamente construidos, para perdurar, también sufren accidentes, dejadeces e inclemencias, que en muchos casos los han llevado a la ruina y al olvido, a pesar de que se supone que existe un Ministerio de Cultura y Patrimonio que debería de velar por su defensa y conservación. Un buen día para ti también.