¡Hola mis talentosos compañeros Steemians!

Hoy me dispuse a solventar un asuntito que tenía pendiente desde hace bastante tiempo y que ya se estaba convirtiendo en urgente.

Este asunto es la reparación de los amortiguadores traseros de mi vehículo. Resulta que ya ha transcurrido un tiempo bien largo en el que los amortiguadores necesitaban atención, pero por distintas razones lo fuí dejando pasar.

Así que hoy fue el día que decidí atacar ese problema de una buena vez. Ya había juntado el dinero, por lo tanto, listo, a llevar el carro hasta el buen taller del señor Wilmer.

Este taller está ubicado en la populosa y muy conocida zona de Catia, en Caracas.

Aquí la gente es muy amable, simpática y servicial. Además, uno encuentra pero de todo. ¡Lo que uno necesite, aquí lo hay!

Eso sí, este taller está justo encima del inicio de la Autopista Caracas-La Guaira. Por lo cual el ruido de los automóviles es bastante fuerte.

La reparación duro como tres horas. Esto, debido a que el estado de los amortiguadores era bastante deplorable. Pero lo importante es que quedaron ¡estupendos!

Ya eran más de las tres de la tarde. Gracias a Dios, mi mamá y yo nos tomamos una sopa de esas pero "bien resueltas", como decimos aquí. Un plato súper grande tan sólo por 1$. Era tanta la cantidad que alcanzó para mí mamá y para mí. Pero como nos faltó el postre, pues decidimos pararnos en una de las tiendas Farmatodo y comprar un pote de helado para llevar a casa y compartir en familia.

Por fin en casa, nos dispusimos al correcto aseo luego de tantas horas en la calle, con un calor inclemente.

Luego, un pequeño descanso y claro, no era para menos que mi Jovi estuviese pero felíz de que ya hubiésemos regresado de nuestra larga diligencia. Así que hizo su peculiar expresión de máxima alegría: