Mí musica
Mi alma adora la música desde niño.
Y sí, tenía mis temas, esos que entran en tu corazón y quedan ahí para siempre.
Y llegaste tú, y mi música ahora tenía tu cara.
Y sonaba y pensaba en ti.
Y los dos balbuseamos estas canciones y reíamos de felicidad.
Y entró una melodía mala, una que ya no quiero escuchar.
Apaga eso, no, no quiero llorar.
Mis canciones quedaron atrapadas en tu estar junto a mí.
El estar cerca de mí ya no es, es distante, lejano.
Y robaste mi música, y ahora mi corazón está confundido porque no estás para cantar juntos.
La música reclama tu vibrar.
Los pájaros ya no trinan, revolotean y se van.
El aire pesa mucho, debe ser eso que me hunde en mi cama y no me puedo levantar.
Es que desde ahí no sé ya qué escuchar.
Te odio, música, cállate, ¿no ves que no está? ¿Qué quieres matarme?
Estoy harto de no saber, de no ver, de no sentir, de no existir.
Qué paradoja da la vida, te encierra en una persona y después, arréglate.
Seguro vas a salir adelante. Claro, porque conoces todos los corazones, crees conocer mi corazón, su medida, su longitud, lo insertado que está ese amor y que nadie más puede entrar ahí.
Solo pasan por arriba y nadie llega así.
¿Por qué quedaste ahí, dejando mi corazón en pedazos sin solución?
Esperando... esperando que... nada llegará.
La pena es tan grande, tan ridícula.
Y no lo puedo hablar con nadie, ya que me van a decir que sea fuerte, que busque a otra, que deje de llorar.
Pero llorar es lo único que queda; si ya no lloro, sería un mentiroso, porque estás aquí, muy dentro mío, y llorar es mi más cercano sentimiento, así de ti.
Déjame solo, ya no quiero hablar más, ya no puedo hablar más.