La Sanguijuela // RELATO

El ser que destruyo todo el reino, era agil y se movia con elasticidad. Usando sus artimanñas a la gente fue convenciendo para que lo apoyaran. A sus contricantes los compraba y a otros los hacia caer en sus trampas para luego expulsarlos del lugar.

Se alimentaba de otras lombrices como el. Veia sus debilidades para atacarcarlos desprevenidos. Los comia y volvia a escupir. Era un depredador veloz. En poco tiempo habia consumido todo a su alrededor. El Reino habia quedado bajo su yugo. Era el amo absoluto y nada ni nadie podrían sacarlo de su fortaleza.

Contaba con unos pocos aliados, pero estos, al ver la clase de aberración humana a la que habian dado apoyo y confianza, acordaron abandonarlo.

Para un depredar de esa calaña, que lo dejaran solo no le importaba. Estaba viviendo en su burnuja y jamás pensó qu e podia caer en desgracia. Ahora tenia poder, reinaba en todas esas tierras y poseía capital, que le fue regalado a costa de arrastrarse, adular y ser una piltrafa.

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Los señores de otras tierras y reinos, enviaron emisarios para qu e notificaran que romperian sus relaciones. Tampoco le importaba. Se reia de las cartas y amenzas que recibia.

La conformación de un consejo de reyes hizo cambiarle el panorama. Se aproximaban vientos de cambio dentro de todo el continente. Tendria que regirse a las nuevas directrices.

Intento por varios medios ser nuevamente aceptado por los otros, valiéndose de su elasticidad para adaptarse e ir en dirección al viento. Todos sabían que era una total basura y sus recientes acciones eran solo una pantomima. Hacia regalos, donaciones y ayudaba a los mas pobres. Aunque recibían lo que les daba, no creaian ni una palabra que soltaba como veneno de su asquerosa boca.

Comenzo su recorrido por todos los reinos existentes. No se cansaria de tocar las puertas, adular y buscar el beneplácito de sus detractores. Estab ien económicamente. No le importaba el tiempo que tuviese que esperar para que volvieran a confiar.

Para seres que solo dejan almas rotas y vidas destruidas a su paso, la soberbia los domina. Estaba seguro de que todos caerían en su red de vicio y mentira. Sus endulzadas palabras lo sharian tocar esa espina envenenada que siempre portaba. Estaba en su naturaleza, era un depredador natural, una sanguijuela.