Catedral (Esp-Eng) Cathedral
Soy un semidiós, que deambulo por los dos mundos. Tengo la habilidad de predecir las cosas y trastocarlas. Pero eso debería de demostrártelo. Solo que me da igual que lo creas o no. Vengo a buscar unas anémonas y algún tipo de ungüento para aliviar los dolores de mis pies. En especial dejo huellas en la arena. Pero no son huellas cualquiera. Son mi reposo y evidencia de que he estado en esa playa y he disfrutado de su plenitud. Suelo pasar horas observando el humo histérico que produce el chocolate. Me recuesto en una vetusta silla de madera oscura y dejo suelta mi imaginación. Puedo sentir tu desnudez de alma. Eres sumamente sencillo. Te observo detenidamente. Te da miedo tomar una hoja en blanco y no poder escribir más de un par de palabras. Yo de momento estoy formando una catedral. Sus vigas son de acero y tungsteno. La cristalería de fines del neoclásico. Varias estatuas alineadas a la entrada van a reforzar el prestigio de esta morada de Dioses. Las musas tienden a escapar de los simples mortales. ¿De qué te sirve tener una pluma y mucha tinta y ser como una liebre? Mucho miedo de manchar el papel. Escribe aún que la tormenta sea brutal. Escribe rata burguesa de ojos verdes. Seiscientas libras de peso. Seguro miras por espejuelos de rudimentaria condición. Seguro que reposan cientos de poemas en una gaveta. Destilas alcohol de mala calidad y te ha dado por probar cuánto estilo surge. Venid a esta catedral que se erige sobre las nubes.
Mis huellas van a convertirse en piedra. Soy sempiterno. Los adoquines de cualquier calle sucia e ilegítima me pertenecen. Caballos tirando de carruseles. Volved a la gloriosa generación de oro. Dejad toda la miseria humana para el pasado. Escuchad cada plegaria del ángel. Sutil agonía de alas. Levedad en su toque de las trompetas y las órdenes. Puedo ver todo este encierro desde el humo. Es un rictus decadente, pero lo entiendo. Te protejo, hijo amado. Servidor de la escritura. Rezo esquelas en tu nombre. Te duplico la vida y te concedo entender la poesía.
Abre el corazón, solo así puedes sentir el arte. Las letras descendiendo a tu cerebro como una melodía celestial. No la fuerces. Escucha, paciente, cierra los ojos y detén los segundos. Las libélulas y los amaneceres. Se dibujan siluetas, te vas acercando, ves contornos completos de hojas. Trascribe e imita para ti.
Pero no me culpes. Apenas termine la catedral, vendrá la luz. Y entonces podré descansar, sabiendo que eres fuerte y perdiste todo miedo a la página en blanco.
Cathedral
I am a demigod, wandering in both worlds. I have the ability to predict things and disrupt them. But I should prove that to you. I just don't care if you believe it or not. I come to look for some anemones and some kind of ointment to relieve the pains in my feet. I especially leave footprints in the sand. But they are not just any footprints. They are my rest and evidence that I have been on that beach and enjoyed its fullness. I usually spend hours watching the hysterical smoke produced by the chocolate. I lean back in an old dark wooden chair and let my imagination run wild. I can feel your nakedness of soul. You are so simple. I watch you carefully. You are afraid to take a blank sheet of paper and not be able to write more than a couple of words. At the moment I am forming a cathedral. Its beams are made of steel and tungsten. The late neoclassical glasswork. Several statues lined up at the entrance will reinforce the prestige of this abode of Gods. Muses tend to escape from mere mortals. What good does it do you to have a pen and lots of ink and be like a hare? Too afraid to stain the paper. Write even when the storm is brutal. Write green-eyed bourgeois rat. Six hundred pounds of weight. Surely you look through glasses of rudimentary condition. Surely hundreds of poems rest in a drawer. You distill alcohol of poor quality and you've been given to taste how much style emerges. Come to this cathedral that rises above the clouds.
My footprints are going to become stone. I am everlasting. The cobblestones of any dirty and illegitimate street belong to me. Horses pulling carousels. Return to the glorious golden generation. Leave all human misery for the past. Listen to every angel's prayer. Subtle agony of wings. Lightness in his blowing of trumpets and commands. I can see all this confinement from the smoke. It's a decadent rictus, but I understand. I protect you, beloved son. Servant of scripture. I recite obituaries in your name. I double your life and grant you to understand poetry.
Open your heart, only then can you feel the art. The letters descending into your brain like a celestial melody. Do not force it. Listen, patiently, close your eyes and stop the seconds. Dragonflies and sunrises. Silhouettes are drawn, you get closer, you see full outlines of leaves. It transcribes and imitates for you.
But don't blame me. As soon as I finish the cathedral, the light will come. And then I can rest, knowing that you are strong and lost all fear of the blank page.
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