Don Saturnino (Microrrelato)

in Spanish City4 years ago

Don Saturnino


Ahora que ya era mayor y miraba hacia atrás haciendo un repaso de lo que había sido su vida, podía estar en verdad satisfecho. Se había dedicado a los demás y lo hizo mediante la enseñanza. Contaba por cientos a las personas que mantendrían su recuerdo una vez faltara.

Desde que era apenas un niño de ocho o nueve años quiso ser maestro. Siempre lo tuvo claro. Creció y creció y se esforzó como nadie para hacer uso de las herramientas que le permitieran conseguir esa posición que anhelaba. Siempre aplicado, siempre dando lo mejor de sí. Sacó su carrera, su oposición y consiguió una plaza de maestro en un colegio público de enseñanza primaria. Año tras año asumió con responsabilidad al grupo de niños que le asignaban en ese colegio de siempre del pueblo de siempre, donde se había criado también él.

Muchos de los maestros (la gran mayoría) enseñaban lo que marcaban los libros de turno, lo que recogía el programa escolar; y lo hacían sin cuestionarse ni mucho ni nada. No era el caso de Don Saturnino, él era un maestro diferente. Mas no nos equivoquemos, aunque también enseñaba a leer, a sumar, la geografía y la historia… Don Saturnino siempre fue de ese tipo de hombre que conseguía regalar a sus alumnos esa otra enseñanza más especial, más profunda. Conseguía llegar al alma de los niños y niñas que cada curso tenía a su cargo. Despertaba en ellos ese interés por la vida, por el mundo, por el entorno y por el amor que la sola aplicación de los parámetros marcados por el Ministerio no era capaz de asumir. Era ese maestro de la vida. Ése que no es fácil de encontrar. Ése que, cuando tienes la suerte de cruzarte en su camino, consigue que encuentres desde pequeño un crecimiento y una conciencia especial del mundo. Ése que tanto echarán de menos, aún sin saberlo, las generaciones venideras. Pues cada vez van quedando menos maestros como él.

Ahora donde estaba Don Saturnino vendrá algún o alguna joven que, como tantos otros, no entiende el significado de vocación. Algún "maestrillo" del montón que sólo busca su plaza
fija, su sueldo asegurado y a quién posiblemente ni siquiera le guste trabajar con niños. Alguien tan gris que la bella energía que mana de este recién jubilado le abrumaría hasta un total desconcierto que ni siquiera sería capaz de razonar.

Don Saturnino ya es mayor, ya se jubila. Ya va a quedar en el retiro de su vejez… Pero por ser como siempre ha sido, nunca le faltará la compañía de todos esos niños y niñas que aprendieron con él. Muchos de ellos ya adultos, que lo seguirán acompañando en intensas tertulias que una vez fueron en las aulas y que ahora, cómo no, son en patios y terrazas; y acompañadas de un buen vino y un buen queso.

Gracias a todos los “Don Saturninos” del mundo.


por Salvador Flores - @salvao


Imagen captada con mi smartphone en las calles de Málaga - grafitero desconocido


Dedicado a todos esos maestros de nuestra niñez que algunos tenemos la suerte de guardar en nuestra memoria...

Este es un microrrelato que escribí y compartí hace unos dos años en Steemit; encuentra aquí la publicación original. He pensado que voy a revisar y ordenar mis textos, mis relatos y mis poemas; corrigiendo aquí y allá, tratando de mejorarlos. Además, un poco de organización no vendrá mal a la hora de tratar de darles uso. Así que los que vaya teniendo listos y/o me gusten, los traeré de nuevo por aquí para conocer sus opiniones.

¡Saludos y gracias por pasar a leer!


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Bella historia, siempre hay algún maestro que marca nuestras vidas por su forma y vocación para enseñar.