¿Acidez estomacal? Esta es la razón | Reflexiones.

^{Selfie de mi galería personal.}

Grite mucho el sábado. Tal vez fueron 4 palabras, pero dentro fueron 100. El mundo se volvió borroso y yo sólo quería hablar duro. Quería que me escucharan, pero ellos no tenía la culpa. ¿A caso tienen la culpa, los que caminan en la playa, de un tsunami? Aquí, aunque sólo fuera una gran ola llena de miedo, fue como eso. Hoy, la marea…ya está tranquila.

-Escrito por @revivemyheart.

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Las últimas semanas había sufrido de una acidez estomacal atroz. Graciosamente, y para nada coincidencia, ha sido así desde que empezó la cuarentena, pero estas últimas semanas se intensificó en grandes cantidades. Empecé a cambiar mi alimentación (la cual no era mala, pero se podía mejorar) por supuesto, y mi humor no era el mejor ni el peor. En la cuarentena yo sólo existía, seguía escribiendo…tal vez, palabras vacías…es así cómo me explico que no haya drenado todo esto con mi puño y letra.

Busqué la causa de la acidez estomacal, mental y espiritualmente. Un poco de bio-descodificación no vendrá mal, pensé. Y según Aire de Luz, y Fernando Sánchez, es ira o tristeza contenida, algo que no podía aceptar, que no podía digerir. El cerebro no distingue entre la realidad y lo simbólico, tus sentimientos se convierten en un simbolismo, en algo tangible para tus órganos, según tu cerebro. El órgano de la digestión tiene el deber de… “digerir” y a él le llegan las situaciones que enfrentamos con paz, miedo, ira o tristeza. Y si lo expresamos o no.

Cuando lo leí por primera vez, me dije: Nah, eso no me pasa a mí, estoy muy segura de mis sentimientos y yo; me siento muy cómoda en cuarentena, con mi familia.

Y ahí estaba la respuesta, a la primera vez que lo pensé. Más tarde me di cuenta: me convencí de que estoy bien con esta cuarentena, “a mí no me pega para nada”, “no necesito salir, no soy sociable”, “me llevo muy bien con mi familia, estamos muy cómodas aquí”, “el no estudiar y no trabajar afuera, no me afecta para nada. ¡Qué maravilloso que pueda hacer todo desde casa!”. Con esto me mentía a mí misma, y fui convincente para la primera parte de mí, pero para la otra no más escondida, no.

Con mi familia, me comportaba muy bien, pero seguía explotando en ira o en llanto en los momentos menos adecuados…y siempre duraba muy poco porque yo me escondía y no dejaba sacar todo eso de mí. Sin embargo, este sábado 06 de junio, fue diferente, exploté de ira, fui irrespetuosa con mi hermana menor; al segundo me disculpé pero luego de esa ocasión, pasé un pequeño luto por la culpa, medité y llegué a la conclusión de que varias situaciones de la cuarentena me traían loca:

• Mi carrera universitaria estaba en paro porque mis profesores no querían trabajar a la lejanía, pero al mismo tiempo querían que nosotros estuviéramos en contacto con ellos para hacer ciertas actividades, ¿qué, carajos, es eso? ¿Acabo de ver mediocridad? Yo creo que sí. Ensucié una de las cosas que más amo con esa perspectiva, la psicología y mi estudio.

• Las cuentas de mamá. Venezuela no es un lugar fácil para vivir, creo que debemos sacar cuenta de la finanzas, más de lo normal y saber cómo ajustarse la próxima semana a los inflados precios, o qué comida es más barata y más adecuada…Si el sueldo alcanza, si no…bla, bla, bla. Todos los días mamá me enumera los precios de nuestra lista, sus preocupaciones con respecto a la comida, los números de casos de coronavirus que hay en el país diariamente…es, malditamente, estresante.

• La electricidad y el internet son escasos en Venezuela, no son para nada confiables. Un día puedo estar todo el día con electricidad, y al otro no. Mantengo actividades para los dos casos, pero es cierto que me manejo y necesito hacer más cosas (responsabilidades) con la electricidad y el internet. Cuando se va la luz, trato de mantener la calma, pero sólo me interno en libros…a leer ávidamente, ponerme los nervios de punta y ni si quiera a escucharme a mí misma, si no las palabras de otro.

• Las tareas de los más pequeños de la casa. A diferencia de mi carrera, los niños (y las otras carreras, universidades, etc), no tienen opción, deben recibir “clases” en casa. Pero sólo reciben más y más tarea. Gracias a Dios mamá y yo tenemos frescos los conocimientos y podemos ser unas buenas profesoras, pero los niños están desanimados, sólo quieren jugar y nosotras tenemos que estar detrás de ellos, que nos escuchen para que cumplan con todas sus actividades.

Ahora que las tengo identificadas y admitidas, puedo tener mejor inteligencia emocional, respirar cuando se presenten algunas, pensar y dar la mejor respuesta. Espero que todos puedan hacer lo mismo y que la cuarentena, en mayor o menor medida, les esté pegando para que puedan reflexionar, aprender de ustedes y de la historia. Sé que es un extraño deseo, pero créanme que es positivo si ustedes quieren.

Les dejo un vídeo de BTS, una de las bandas más grandes de los momentos, hablándoles a los que se gradúan este año sin ceremonias ni birretes. Sus palabras me dieron ánimo y muy buenas vibras, aunque no me esté graduando. No son las típicas: “todo pasará, quédate en casa”, éstas son humanas (aunque ellos no parecen humanos):

De todas maneras, yo si les inserto la frase de un buen sabio…según lo que escuché. Se me quedó grabada:

“Y esto, también pasará”.

Momentos malos y extremadamente buenos, todo pasará, así es el tiempo. Recuerda enmarcarlo.

Por cierto, ya no he sufrido más acidez, quiero decir con tranquilidad que ya no tengo nada de eso. He vivido los mejores momentos del domingo hasta ahora. Me siento realmente amada, por Dios, por el Universo, por mí, por el mundo, por la Blockchain, jajaja.