CRONICAS DE UNAS 12 HORAS, PLACA 3 Y 30 LITROS DE GASOLINA / UNA REALIDAD PARALELA. Una historia de terror y original.
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Un líquido más preciado que el agua y tan codiciado como el whisky. Muchos quieren tenerlo y pocos logran echarlo.
Placa 3, 12 horas y 30 litros de gasolina.
Hola a todos, hoy les traigo un cuento de camino. Algunos de los que están en Venezuela se sentirán identificados con ésta experiencia. Parte de esas vivencias que siempre trato de verle el lado divertido con un sentido jocoso y que sea llevadero. Es la mejor manera de manejar las situaciones incómodas... ¡¡Incómodo fue tratar de dormir en el carro!! Jaja fue terrible. En realidad no dormí, creo que fue como una siesta a las 2 de la madrugada y abrí los ojos a las 3am.
Para los que no están al tanto, les cuento un poco. La gasolina se reciona desde antes de que comenzará la pandemia. No quiero arruinar el post dando tantos detalles sobre el por qué, para qué y de quién es la culpa de que se origine dicha situación. El terminal de la placa del vehículo determinará el día que puede abastecer combustible.
Llego a las 11pm del día lunes pensando en que sería uno de los primeros en la fila, y pues no, dejé de contar cuando iba por 60 carros. El que estaba delante de mi, había llegado a las 9pm. Y me dijo que habían más o menos unos 100 carros.
Hay personas que ya le agarraron la vuelta al asunto y llegan tamprano a dejar el vehículo y que se lo cuide el amigo o familiar que también fue a esa aventura. Es como el conductor designado, en este caso cuida uno o varios vehículos mientras el resto van a descansar a sus hogares, que por lo general viven cerca.
Están los que van de camping y llevan sillas, un radiecito, una cava con refrigerios, una mesita y un termo de café. Incluso hay quienes llevan a su familia como si tratase de una excursión. Llevan juegos, libros, y para dormir sus almohadas y mantas o cobijas ( En esa zona en las noches es fresco y a veces frío. Para nosotros los Margariteños 28 grados es frío )
Otros llegan, se estacionan y sin salir de sus vehículos, echan el asiento hacia atrás y listo, duermen en automático. Ya esos están en otro nivel de adaptación, evolucionaron. Van directo a la misión.
No pueden faltar los religiosos, con todo respeto, son los que llegan como a las 4am y andan rezando y rogando a Dios que los deje entrar en la lista de los 200 vehículos del día.
Y luego vengo yo, que solo llevo una botella de agua, algo de frutas y galletas. Me lleve un libro pero la vista no me daba. Quería dormir y no puede porque la Luz del poste va directo a mis parpados ( que luego resolví colocando una franela en la ventana), por los sonidos aislados de grupos que vociferan e interrumpen el silencio nocturno. Y de seguro atormentan a las familias que viven cerca. O quizas también evolucionaron. Si cierro completamente las ventanas me da calor, si las abro mucho entran los mosquitos. Y bueno, me toca salir a caminar y admirar a los que acampan, mirar a los que juegan dominó y truco, me acerco a los grupos de conversas e intervengo para integrarme y ser parte del equipo. Deseando que pase rápido la noche y que las Guacharacas anuncien el amanecer.
Ya como a las 6am, unas personas que trabajan para la estación de servicio, con un pincel y pintura de agua, colocan el número en el parabrisas y si, entré en los 200 y fui el número 110. Lamentablemente muchos tuvieron que irse. Es lamentable de verdad.
A las 8am comienza a rodar la cola y se pueden observar a algunos empujando sua vehículos porque están sin nada de gasolina.
Y cerca de las 11am del día martes, ya estaba entrando en la estación después de 12 horas en la espera. 30 litros de gasolina y una experiencia más.
Todas las fotos son de mi autoría y el texto original.
Espero les haya gustado y entretenido. Cualquier sugerencia en la redacción siempre será bien recibida.
Buenas noches.
Papá Tiburón.