Sentencia de muertesteemCreated with Sketch.

in Comunidad Latina2 months ago (edited)


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Un sudor frío baña la frente del profesor Delgado mientras sus ojos escrutan frenéticamente las líneas de la redacción que está leyendo.

Cada palabra es como un puñal que se clava en su ser, desenterrando los oscuros secretos que creía haber enterrado hacía muchos años.

¿Cómo era posible que aquel estudiante conociera tantos detalles del incidente.?.. Las fechas, los lugares, las acciones detalladas con escalofriante precisión, como si él hubiera estado allí.

Delgado revive las noches en vela, las miradas por encima del hombro, la paranoia constante de que alguien descubriera su crimen perfecto.

Sigue leyendo con las manos temblorosas, presa del pánico. El ensayo relata con todo lujo de detalles cómo había seducido y acosado a su becaria años atrás.

Cómo la había chantajeado repetidamente para que guardara silencio sobre su aventura prohibida. Y finalmente, cuando ella amenazó con sacarlo todo a la luz, cómo había urdido un «accidente» para deshacerse de ella definitivamente y eliminar así el problema.

Delgado levanta la vista hacia el nuevo alumno, cuya mirada impasible le observa fijamente, como adivinando su malestar. El joven parece percibir su pregunta no formulada y se acerca a donde él se encuentra.

-Lo sé todo sobre usted, profesor. Cada secreto, cada mancha de su conciencia. Llevo años investigándole.

El profesor se queda boquiabierto: ¿un estudiante tan joven había dedicado años de su vida a desenmascararle?

-¿Pero cómo? ¿Por qué?

El chico esboza una sonrisa enigmática y algo macabra.

-Porque me has arruinado la vida. Esa becaria, esa pobre mujer a la que engañaste y asesinaste... era mi madre.

El mundo parece detenerse para Delgado. Todas las piezas cobran un sentido atroz. Había destruido a toda una familia sin siquiera saberlo.

-Pasé años reuniendo pruebas, preparándome. Y ahora que por fin tengo acceso a ud., puedes estar seguro que te haré pagar por lo que le hiciste a mi madre. Ojo por ojo, profesor, no habrá piedad, como usted no la tuvo con ella.

El estudiante se incorpora con una calma mortal y se dirige a la puerta. Delgado lo ve marcharse, paralizado por el horror.

En ese momento, sabe que su sentencia de muerte ha sido dictada, y que no hay escapatoria de las sombras de su pasado.

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