Lo que vemos no es real
Vi algo genial, escuché una cosa, sentí así tan...
La vida se ve normal, todo parece tan igual, sin nada que llame la atención.
Pero el mundo que ves es falso.
La realidad es un tipo de simulación.
El cerebro es el que nos engaña, ¿qué hace como lo hace?
Lo que el mundo es, luces y sombras. La información que llega no serviría para reconocer una persona de noche. Ahí es donde el cerebro rellena los datos y la podemos reconocer, aunque sea de color noche las cosas.
Siempre está rellenando los huecos para dar sentido a lo que vemos y, al mismo tiempo, descarta información inútil sin que nos demos cuenta, y al mismo tiempo, reconocemos los lugares, no al detalle, pero sí para no perdernos.
El cerebro, además, es influenciado por lo que creemos y sentimos. Lo que vemos y escuchamos no necesariamente puede ser lo que creemos.
Esto se usa mucho en cine para que veamos solo lo que interesa.
También funciona: si la información es lo que creemos, entra fácil; o también si lo que escuchamos es la primera vez, nos queda como verdad.
En un mundo hermoso, pacífico y verdadero, todo esto es genial, pero en el mundo de mentiras, se hace la farsa con los crédulos.
La realidad, entonces, es de acuerdo a cada uno, como la ve. Por eso, cada punto de vista es diferente y muchas veces igual, dado el material.
Si lograron que te entrara una mentira, ahora es fácil seguir mintiéndote, sea el gobierno, la religión, la familia, los amigos, las redes sociales. Somos tan difíciles de convencer cuando somos leídos e informados, y tan fáciles de engañar cuando creemos cualquier cosa solo porque nos gusta esa información.
Entérate de cómo el cerebro te ayuda o te condena.
Entrenarlo es clave en una realidad tan falsa como la actual. Cuando algo sea raro, tómate el tiempo y confirma su veracidad. Tu mente te pudo engañar.