A Través del Darién | Parte 1
A Través del Darién | Parte 1
Relato Gráfico
Sebass, era un joven de 17 años oriundo de un barrio de Caracas, Venezuela. Desde muy chico, soñaba con una vida mejor, lejos de la disfuncionalidad de su familia y de esas conversaciones que nunca se dieron con su padre. A medida que crecía, su deseo de escapar se volvía más y más fuerte. Cuando se enteró que dos de sus panas se iban a “atravesar el Darién” se dijo, —es ahora o nunca — y así decidió largarse de Venezuela.
Entre los tres, empacaron sus mochilas con ilusiones, esperanzas y determinación, emprendiendo un viaje hacia la Selva del Darién en Panamá. Atravesarla representaba para Sebass la oportunidad de labrarse un futuro. Pero atravesar el Darién también resultaba peligroso y desafiante, sin embargo, con la compañía de sus amigos estaba dispuesto a enfrentar cualquier obstáculo que se le presentara en su camino.
Salir desde Caracas, sin decirle nada a sus padres, viajando por tierra hasta la frontera con Colombia, —que recién habían reabierto—, fue la parte más sencilla de su aventura. Cruzar las trochas y caminos verdes entre Venezuela y Colombia empezó a subir el nivel de dificultad. Sol abrasador, noches muy frías, “trocheros” que buscaban engañarlos, o robarles empezaron a minar su ánimo.
Ya en Colombia, para evitar a las autoridades de migración, —Sebass, no tenía pasaporte—, decidieron caminar hasta la terminal de autobuses de la Ciudad de Cúcuta. Camuflándose con otros migrantes venezolanos que también buscaban una vida mejor. Luego, fueron cuatro días viajando en autobús primero a Cartagena luego a la ciudad de Necoclí en la frontera con Panamá.
El viaje fue muy estresante pues continuamente les llegaban rumores sobre el cierre de esas fronteras. Pero gracias a Dios, cuando llegaron a Necoclí, el gobierno panameño, aún no había decretado el cierre fronterizo. Los tres amigos, se decidieron a ir en lancha hasta Acandí en Panamá. Ahí se les fueron al menos 300$ por el viaje en una lancha abarrotada de migrantes.
Luego de vomitar hasta el hígado por la borda, Sebass se sentía malísimo de salud, al llegar a Acandí, acudió a una misión de Médicos sin Frontera, donde lo encontraron deshidratado, desnutrido y con amibiasis, le recomendaron permanecer en observación al menos dos días. Sebass se despertó pasada la medianoche y al sentirse apenas un poco mejor, se fugó de la carpa-hospital, bajo presión de sus amigos que apuraban el viaje, diciéndole que habían encontrado un Coyote, y tenían que arrancar esa misma noche a Ciudad de Panamá.
Pero, primero, tocaba a —atravesar la espesa selva del Darién—. Sebass, recordó por apenas unos segundo a su mamá, secó una lágrima que no tenía permiso de salir, se persignó y enrumbo sus pasos hacia el encuentro con el coyote…
Continuará...
Imágenes
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Wow, es una historia interesante y muy adapta a la vida real todos tenemos ganas de hacer travesías así. Sebas es valiente y atrevido, (de que se atreve).
Que horrible deshidratado y para completar amibiasis.
Dios lo cuide en esa selva.
Saludos y bendiciones @joslud.
Posdata: probaré esa aplicación.
Hola amigo, interesante narración de Sebass y el Darén, su deseo de cambiar de vida, esto nos hace sentir a todos los venezolanos, suerte y muchas bendiciones.