Relatos cortos de terror: Los niños perdidos en HalloweensteemCreated with Sketch.

in Comunidad Latina2 months ago
Aceptando la invitación hecha `por @eliassamuel participo en este concurso y aprovecho para invitar a @bismuthcyanide, @jadams2k18 y @danish578


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Era noche de Halloween y las calles de la ciudad estaban extrañamente desiertas. Jacinto, un veterano oficial de policía, conducía la patrulla en su último turno antes de retirarse.

Suspiró con cansancio pero de repente, un bulto en la acera llamó su atención, detuvo el vehículo y enfocó la linterna.

Su corazón se paralizó al distinguir una pequeña figura desmadejada, vestida con un disfraz de bruja. Corrió a socorrerla, temiendo lo peor.

—¡Oye, pequeña! ¿Estás bien? —la sacudió suavemente.

La niña levantó la cabeza y Jacinto contuvo el aliento. Su rostro estaba pálido y traslúcido, sus ojos oscuros y vacíos, con una mirada gélida que heló su alma.

—Ayúdame... —susurró con una voz que parecía venir de ultratumba.

Jacinto retrocedió, horrorizado, mientras la pequeña aparición se incorporaba como si no tuviera peso.

La niña desapareció en la nada, como si se hubiera disuelto en la niebla.

Aterrado, buscó frenéticamente a su alrededor hasta que una risa infantil lo paralizó. Al otro lado de la calle, la pequeña aparición lo observaba burlona.

—No eres el primero que nos ve —una segunda vocecita etérea resonó a su lado.

Jacinto giró bruscamente, encontrándose cara a cara con otro espectro, este de un niño con grotesco disfraz de payaso.

Retrocedió, chocando contra algo sólido: se hallaba rodeado por al menos una docena de fantasmales apariciones infantiles de diferentes épocas.

—¿Q-qué es esto? —balbuceó, empuñando su arma aunque sabía que sería inútil.

—Somos los niños perdidos en esta ciudad en noches de Halloween a lo largo de los años Jacinto intentó echar a correr, pero los pequeños espectros se abalanzaron sobre él en un torbellino de gritos espectrales. Todo se volvió oscuridad.

A la mañana siguiente, un transeúnte encontró la patrulla abandonada con la puerta abierta Jacinto nunca más fue visto en la ciudad.

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