En oportunidades anteriores y varias veces en conversaciones en las diferentes redes en las que hago vida todos los días, he mencionado en reiteradas oportunidades lo mucho que me gustó invertir en mi actual servicio de Internet con el cual puedo trabajar desde mi casa y con una velocidad fuera de lo común para un país como el mío por un costo algo internacional pero eficiente en las comparativas que he hecho con amigos fuera del país, tanto venezolanos como no.

Pero en esta oportunidad hablaré de una oportunidad que se dio cerrando el año y no pude desaprovecharla pero fue un poco cuesta arriba porque cuando yo revisé ese equipo lo di por muerto pero ella porque, por harás del destino, no di con la falla que tenía en el momento pero no me rendí y un familiar que tiene muchos más años que yo trabajando en el área de reparación de computadoras, dio con ella y logramos poco a poco hacerla andar.

Como me comentó un amigo en Twitter (@shadowmyst) que doblé la potencia de mi setup anterior y así es, realmente cambió y se siente. Para la mayoría quizá es bastante pequeño el cambio en comparación con las actualizaciones de hoy en día pero para mí es un paso gigante hacia todo lo que deseo hacer y sé que poco a poco armaré un setup soñado para estudiar, trabajar y jugar.

¿Por qué es mi mejor inversión? Porque le invertí más tiempo que dinero y el tiempo es una divisa que bien invertida es la única forma que te regrese buenas ganancias. También le invertí un poco de dinero (no recuerdo la suma exacta) pero la echamos a andar entre mi familiar, mi padre (para vergüenza mía: yo no sé soldar y tuve que buscarlo a él) y yo. Aún le falta el detalle de la tarjeta de audio porque la interna se dañó, asumimos que por el mismo motivo que se averió la memoria RAM y la fuente de poder ¡Por humedad al mal almacenarse! Porque sí, la PC esta no era mía, fue un regalo de un familia al que actualmente le cuido la casa. Regalo que después de todo echamos a andar.