The Dairy Game | 22 de septiembre | Al Mirador Boyacá y más allá

     Caracas, 22 de septiembre de 2024

Un domingo en el que amanecimos muy animados porque Mathías nos invitó a caminar por la Cota Mil hasta un mirador el cual no conocíamos.

Me levanté muy temprano, Sofi también ya que estaba feliz de ir de paseo y yo de aprovechar de ejercitarme. Antes de salir publiqué un post del reto fitness (mira tú jajaja), hice el desayuno, nos preparamos para salir. No sabía que Humberto no trabajaría este día, sino lo habría invitado.

Nos encontramos con Mathi y su mamá y comenzamos a caminar en dirección a La Florida.

Desde que salimos de vacaciones nos habíamos visto unas pocas veces, pero no habíamos podido concretar ningún paseo juntos, así que fuimos echándonos cuentos atrasados y así entretuvimos la subida hasta la entrada de la conocida popularmente por los caraqueños como Cota Mil (por su altura sobre el nivel del mar), cuyo nombre es Avenida Boyacá, una vía rápida, que va bordeando nuestro Parque Nacional Waraira Repano (El Ávila) y recorre desde parte del estado Miranda hasta el centro de Caracas.

Esta vía se cierra los días domingo desde la mañana hasta las 2 de la tarde. Allí es cuando los habitantes de mi bella ciudad aprovechan para realizar caminatas en solitario o con sus familiares y mascotas, también se hacen presentes corredores, patinadores y ciclistas.

A la altura en qué estábamos podíamos tomar dirección este u oeste, pero para llegar al mirador debíamos ir al este, poco antes de la quebrada Chacaíto.

Fue así como llegamos al Mirador Boyacá, donde se encuentra un monumento de cuya existencia tampoco tenía idea, la Campana de la Amistad.

En la placa reza que este monumento es un obsequio y símbolo de amistad entre Corea y Venezuela. Fue donado con motivo de los doscientos años de nuestra independencia. Estuve leyendo que es una réplica a escala de la Campana Emile (Divina Campana del Rey Seongdeok), un símbolo de la unificación del reino Shilla de Corea.

Además del valor arquitectónico, cultural, histórico y de relaciones entre las naciones que envuelve la presencia de este monumento, me agradó mucho el espacio ya que para los asiáticos las campanas tienen una simbología muy interesante y entre otras cosas se las hace sonar para emitir vibraciones que favorecen la paz, la armonía y la salud.

Lo que estuve indagando sobre esta campana habla de los detalles de arte en su estructura, así que sin duda regresaré para observarlos con mayor atención.

Quien pasa por esta campana en la Cota Mil, hala un enorme mazo que pende junto a ella con unas cadenas y de esta forma la hace vibrar.

Este día los puestos de comida no estaban funcionando.

Estuvimos un buen rato hidratándonos y disfrutando de los espacios en este bello día, hasta que decidimos seguir camino a Chacaíto...o quizás más allá.

Mis amigos estuvieron de acuerdo en que bajásemos a la altura de Altamira para buscar un baño al cual ir y luego regresar a casa.

Fue así como comenzamos a descender por la Avenida Eugenio Mendoza, caminamos y caminamos jejeje. Sabía que en determinado punto llegaríamos a la Plaza La Castellana, aunque ya mis amigos comenzaban a dudar pues habíamos atravesado muuuuchas transversales de esa urbanización.

Finalmente, nos ubicamos y entramos al Mc Donalds y compartimos unas ricas barquillas.

Tomamos hacia la avenida Francisco de Miranda en búsqueda del transporte público para regresar a casa y de esta forma finalizó nuestro paseo.

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Todas las imágenes son de mi autoría, captadas con un teléfono celular Techno Spark exclusivamente para esta publicación

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