Es un placer como siempre participar en la dinámica de #SV-Buenavibra. Organizado por el equipo de @teamvenezuela. Promovido por su moderador nuestro amigo, @marvinvelasquez. Y con gusto comparto con ustedes.

Siempre que salgo a la calle, me encomiendo a Dios. Cuando estamos en casa, nos sentimos protegidos, pero en la calle, nos topamos con diferentes circunstancias y personas. Claro, no todo el tiempo, a veces regreso normal sin ninguna novedad o regreso feliz porque me encontré con algún familiar o amiga que tenía tiempo no miraba y pasábamos un rato agradable.

También existen momentos que salgo al mercado a hacer mis compras de la semana y llevo suficiente dinero, pero no todo el tiempo me alcanza para cubrir lo que me hace falta. Ese momento es cuando llevo mi control minuciosamente. Hago una lista y al lado le coloco los precios. El hecho es que hoy me tocó salir con mi lista y hacer la cola en unos de esos locales donde venden los productos más económicos. Vale la pena. Me ahorro algo y sirve para comprar otra cosa.

Lo cierto es que hice mi cola y me entregaron mi compra, pero antes de salir del mercado, revisé mi lista y en la parte de atrás, estaba escrito la leche en polvo y me quedó sin comprar. Me regresé rápidamente y le mencioné al muchacho que me atendió que se me había olvidado comprar la leche y el muchacho me dijo que espere un momento mientras atiende a un cliente. De inmediato se me acercó un señor muy bravo y me dijo, señora usted es una falta de respeto, haga su cola como la estamos haciendo nosotros y comenzó alborotar a los demás que estaban en la cola. Le dije, "señor, acabo de comprar aquí, sólo se me olvidó comprar un producto".

El señor continuó mal humorado y tratando de alborotar a los demás, también le empecé a gritar y le decía al señor que hice mi cola al igual que usted la está haciendo, sólo que no me vio, estaba a unas cuantas personas detrás de él. El señor estaba fúrico, sudando y casi me sacaba a empujones. Menos mal que el muchacho terminó rápido de atender el cliente y me llamó. Los comentarios que escuché de los que estaban cerca era, que ese señor está loco.

Mi reflexión es: A veces es mejor callar. En la calle hay personas con diferentes problemas. No sabemos quién nos puede atacar. En mi caso, al sentirme ofendida por el señor reaccioné y quise hacer entender que estaba equivocado. Mejor me hubiera quedado tranquila. Al tratar de defenderme, hice que la persona se sintiera enfrentada y más desequilibrada, alimentado su rabia.