Lunes de escritura - 7mo relato | Fatalidad por ignorancia y osadía infantil

in Steem Venezuela4 years ago (edited)

¡Saludos a esta apreciada comunidad!

Con este 7mo relato estoy llegando al pórtico de salida, siendo un placer haber estado compartiendo vivencias de una infancia transcurrida en un ambiente muy particular como lo es el de las ciudades y campamentos petroleros de la Venezuela contemporánea. La próxima semana culminaremos este vinculo con el relato n° 8. Como ya es costumbre una imagen ilustrativa acompaña a la narrativa. Espero lo disfruten.

Fatalidad por ignorancia y osadía infantil

Un día ocurrió algo que sobrepasó los umbrales de asombro que los niños y adolescentes experimentábamos cotidianamente en el campamento. Era normal recibir un pelotazo, una pedrada, caerse de la bicicleta o de un árbol, ser mordido por una serpiente cascabel o ser picado por avispas; y en ningún caso el dolor y la aflicción fue tan grande como cuando uno de los muchachos perdió la vida por confundir un primitivo sistema de tratamiento de aguas servidas con una laguna natural. La disposición de las aguas servidas del campamento era subterráneo casi en 100% y culminaba en una laguna de oxidación; la que descubren algunos muchachos explorando el monte detrás del estadio. El dispositivo estaba técnicamente bien calculado y ubicado. La ignorancia confundió a los infantes que vieron -en un lugar donde se ocultaban los desechos de la digestión humana, foco de peligrosas infecciones- una laguna natural donde era posible refrescarse y nadar. Uno de los primeros en adentrarse al agua se percató que el fondo pegajoso dificultaba caminar y al intentar volver a la orilla se fue hundiendo en las oscuras aguas, situación que crea pánico en los acompañantes. Incapaces de descifrar el modo de ayudarlo y salvarlo y solo corrieron a avisar el trágico ahogamiento. Este suceso consternó a todos los habitantes del campamento. La escuela participó en el funeral y se organizó el traslado de los condiscípulos hasta el cementerio del pueblo (un símbolo de infelicidad en el edén y por tanto excluido del urbanismo del campamento). Dije a papá que me quedaría en casa; pero más tarde los alcancé en el cementerio, donde recordé lo dicho a papá, obligándome a presenciar el acto ocultándome detrás de los sepulcros. Llovió torrencialmente empapando a todos y poniendo al descubierto mi movilización ¡Recibí siete azotes, por desacatar un acuerdo!

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