Conoce el virus de la nueva pandemia | Alerta de Salud | story

Estimados stemians, con suma preocupación, escribo este post para alertarlos de una confabulación de la inteligencia artificial, dirigida específicamente a aniquilar a la raza humana, mientras esta hace lo que más le gusta, léase: posar para una selfie.

Tal como si de un virus informático se tratara, los modelos de aprendizaje de la inteligencia artificial aplicadas a la salud humana, lograron revivir un virus que existió en la era paleolítica, y ahora lo inoculan a través de las redes sociales cuando los usuarios desprevenidos postean sus selfies.

Recientemente se detectaron varios casos acá en nuestra querida Steemit. No quiero decir nombres de usuarios, pero muchas de las chicas que participaron en los desafíos de aprendizaje de maquillaje de las temporadas 20 y 21, empezaron a mostrar algunos de los síntomas.

La enfermedad se empieza a manifestar haciendo que cualquiera, sea hombre o mujer, de repente comience a morderse las mejillas por dentro, y a fruncir los labios de una forma muy peculiar. A la que llaman pose de labios de pescado, y en venezolano se conoce como “culito de gallina” por el directo parecido a ese orificio que empiezan a mostrar, en sus labios, las personas contagiadas.

La cuestión no se queda allí, con el tiempo pasa a las caras de los portadores, que adopta “la mueca de la muerte”, pues al morderse la parte interna de las mejillas, los rostros adquieren un aspecto cadavérico. Posteriormente, los ojos empiezan a agrandarse y los labios a abrirse como si quisieran gritar, pero sin emitir sonido alguno.

Se trata de un virus, cocido como VLP, (virus de labios de pescado) que ataca directamente a los músculos faciales, específicamente a los encargados de la sonrisa, que incluyen las mejillas y labios.

Se sabe que esa rara enfermedad existe desde finales de la prehistoria, pues se han encontrado fósiles que así lo demuestran. En la edad media y el renacimiento, algunos artistas dejaron constancia en obras de arte.

En la actualidad ya es una epidemia, que se inició de manera inocente, "posando" ante la cámara para lucir más delgado, y por ende “hermosas y hermosos” según los estándares de belleza que inundaban las redes sociales.

Pero lo que comenzó como un juego se convirtió rápidamente en una obsesión. Jóvenes y adultos, hombres y mujeres, competían por ver quién lograba la expresión más extrema, la más descabellada. Y allí entró la inteligencia artificial.

Al parecer, un modelo rebelde de IA, programó con el virus a nanopartículas fotonicas que enseguida cundieron las redes. Las consecuencias no se hicieron esperar: consultas médicas por lesiones en las mejillas aumentaron exponencialmente.

Dentistas y cirujanos plásticos se están viendo obligados a reconstruir rostros destrozados por la búsqueda de la selfie perfecta. Y lo más preocupante de todo es el impacto psicológico. El virus genera una necesidad de aprobación constante, una búsqueda incansable de “likes”.

La inteligencia artificial encontró el talón de Aquiles de toda la humanidad. Nuestra baja autoestima. La IA se dio cuenta de cuanto deseamos los LIKES de aprobación, y que republiquen nuestras imágenes. Ser aprobados por los demás, es, al parecer, el único valor que nos importar en esta época.

Cuídate de mensajes de amigos muy apreciados, que de pronto te recomiendan que mejores tus fotos e imagen pública en las redes. (Ver ejemplo que recibí). Esos mensajes contienen nanopartículas fotonicas que irán directamente a tu débil autoestima, instalándose en todo tu ser. Si aceptas esa mentira, en pocos días tus fotos serán más hermosas, tendrás miles de likes, pero eso te hará un adicto a la pose. De allí, a cometer tus propias mejillas, hay pocos pasos.

Hasta ahora se desconoce la cura, y se estima que media humanidad está infectada por el virus de la pose de las Mejillas Chupadas, como recientemente se le bautizó en Venezuela.

Quizás, la solución esté en algo tan simple como mirarnos al espejo y en aceptarnos tal como somos, con nuestras imperfecciones y nuestras virtudes. Quizás, la verdadera belleza radica en la sonrisa sincera, en la mirada que conecta y en la autenticidad que nos hace únicos. Pero eso, queridos Stemians, parece algo imposible de lograr.