El valor de la observación profunda

in Steem Venezuela3 years ago

Hola, lectores invisibles, hoy vengo a hablarles de un tema sobre el que he estado reflexionando mucho últimamente; un tema del que pocas personas tienen consciencia o conocimiento; dicho tema no es otro que la observación.

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La Observación

Muchas veces la gente confunde el término "Mirar" o "Ver" con el término "Observar"; y es algo que no debe confundirse, porque aunque se parecen entre sí; definitivamente no es lo mismo mirar, ver, ni observar. Mirar, ver y observar, son diferentes niveles de un mismo fenómeno, pero no son exactamente lo mismo.

Para ilustrarlo primeramente a través de un ejemplo breve; yo puedo mirar un lugar, una foto, un objeto, e incluso, a una persona, sin estar viéndole realmente. Y de la misma forma, puedo estar viendo un lugar, foto, u objeto, sin estar observándole realmente.

¿A qué me refiero exactamente con esto?

A que no es lo mismo mirar, ver y observar. Ver es simplemente asomar la vista con algo de atención hacia alguien o algo más, denota no implicarse ni entender lo que pasa, ni porqué pasa, simplemente captas los eventos como fenómenos que se dan, pero no tienes entendimiento de qué es lo que los causa, o cómo son de graves o buenos, o si es posible que sea un algo que se repetirá o no en un futuro.

Mirar tampoco es lo mismo que ver y por supuesto, es también muy diferente a observar. Al mirar, la atención es difusa, puedes estar prestando atención por momentos a algunas cosas, pero no es una atención fija que implique que estás entendiendo en lo más mínimo lo que pasa, y además, es muy fácil perder aún ese mínimo foco de atención que implica. Una demostración de ello es, por ejemplo, cuando tienes la mirada puesta en un objeto, digamos, la televisión, sin estar viéndolo realmente.

¿Cuántas veces sucede que estamos largo rato frente al televisor mientras transmiten una película, y no estamos sino con la mirada perdida?. Y entonces llega alguien hasta donde estamos y nos pregunta qué están transmitiendo en la tele, o de qué trata la película, o cómo se llama, y no sabemos darle respuesta a pesar de todo el rato que llevamos frente a la pantalla. Pues esta es la diferencia entre mirar y ver. Alguien en la situación acabada de mencionar, estaba mirando la televisión, pero no la estaba viendo realmente, y mucho menos observándola.

Si quien está frente a la televisión la ve realmente, podrá decir por lo menos, cómo se llama la película y de qué trata, porque realmente la estaba viendo. Pero ver nada más, no implica que la persona la estaba entendiendo a fondo, porque al ver, como ya mencioné, la persona ve que un evento ocurre, pero realmente no observa.

Entonces, en base a todo lo dicho, podemos muy bien asumir que ver es como un acto reflejo, inconsciente, que todos hacemos, la mayoría de las veces; y es el término medio entre mirar y observar. Lo que nos lleva a entender que, por grado de importancia, primero está mirar, luego ver, y luego observar. A todo el mundo en algún momento le sucede que solo está mirando algo, pero no lo vio realmente ni lo observó; ocurre la mayoría de las veces por algo que nos distrae o preocupa; pero es algo a lo que debemos estar atentos si queremos mejorar, y convertirnos en verdaderos obsevadores algún día. Ver en cambio, sí lo hace la mayoría de la gente; porque implica poner algo de atención a lo que pasa, pero no es una acción que conlleve ningún tipo de entendimiento profundo, ni atención a gran nivel de detalles.

Recapitulando, mirar y ver lo hace cualquier persona, pero observar, eso sí que no lo hace cualquiera.

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Observación profunda y su valor

La obsevación profunda es algo muy diferente a lo ya mencionado, implica una atención enfocada, un acto consciente, en el que reflexionas y piensas sobre lo que sucede. A través de la obsevación, miras los eventos y fenómenos desde una dimensión totalmente distinta, que te involucra realmente en lo que sucede y qué lo causa, y quiénes son sus implicados o afectados (si los hay) y porqué hacen lo que hacen o reaccionan cómo reaccionan.

La observación, le permite al obsevador entender la probabilidad de que algo se repita o no en el futuro, le permite entender la gravedad o carácter benigno de la situación; la observación, te permite actuar y reflexionar sobre lo que está pasando realmente y entenderlo para sacarle mejor provecho a la situación.

Cuando observas, eres capaz de entender, y con ello, de anticipar el comportamiento de eventos y personas, porque sabes lo que son a un nivel profundo.

Lo que debemos entender sobre el hecho de observar

Obsevar es un acto que denota atención profunda y análisis práctico. Es un hecho que podemos saber más de una persona por simplemente mirarle, verle y observarle que cualquier cosa que nos puedan decir sobre ella. Y lo que es más, podemos saber más de una persona prestando atención a sus acciones y analizando su forma de ser, que por cualquier cosa que ella misma nos diga.

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La observación: Una enorme ventaja

La observación hace que el observante tenga una enorme ventaja, la mayoría de las veces, antes los eventos, situaciones y personas que se le presentan. Porque quien sabe observar es capaz de predecir con nivel de precisión pasmosa, lo que más probablemente sucederá. Y no, no se trata de facultades paranormales o de que sea psíquico (al menos, no en la mayoría de los casos), sino de que la persona ha aprendido a entender lo que sucede, y a relacionar causa y efecto, y su bagaje cultural (su cultura general y experiencia), le permiten entender las cosas a un nivel extremadamente amplio y profundo.

El verdadero observador, cuando realmente observa, es capaz de entender lo que motiva a las personas (si el orgullo, el amor, el odio, la ignorancia, la soberbia, la amistad, o cualquier otra sentimiento), y puede comprenderlas, en la mayoría de los casos, incluso mejor de lo qque ellas mismas se comprenden.

Esta es una cualidad que asusta y molesta a la mayoría de las personas que no saben sino ver o mirar; por lo que no toleran a personas con la capacidad de observación desarrollada, o por lo menos, no de una manera consciente. Y es que...

La observación te hace un ser solitario e incomprendido

Muchas personas que son capaces de observar realmente, disimulan esta facultad a fin de no sentirse aislados o excluidos en una sociedad que prefiere ser ciega y sorda, antes que consciente y responsable. Y es completamente comprensible que quien sabe observar, prefiera pasar desapercibido en un mundo donde la mayoría de la gente solo mira y ve, y donde cualquiera que demuestre facultades de observación se hace alguien "odioso" para la mayoría de las demás personas.

El ser que tiene el privilegio de saber observar entonces, o disimula, o cohíbe sus habilidades, o debe abstenerse de relacionarse con los demás. Y esto es así, hasta el punto de que a veces, el observador pasa tanto tiempo ocultando su facultad de observación, que hasta olvida por momentos que la tiene.

El observador se abstiene generalmente de enseñarle a la gente su capacidad de observar, porque se da cuenta, a través de su observación, que la gente no solo no entiende su habilidad (y que ellos ignoran el hecho de que también la pudieran tener si tuviesen alguna intención de obtenerla, o desarrollarla) sino que además, las personas no toleran ni soportan la verdad profunda de las cosas.

La gente generalmente prefiere vivir en una mentira total, que vivir aceptando la realidad de las cosas, porque aceptarla, implica asumir responsabilidad, y no hay una cosa que la gente intente evadir más que la responsabilidad para consigo mismos y para con los demás.

Claro que la verdad es una cosa muy relativa en muchos casos, pero hay eventos que no admiten ambigüedades, y sin embargo, en el mundo moderno, vemos que muchas cosas y temáticas que no deberían tener discusión, son defendidas necia y obsecadamente por algunas personas.

Entonces, como les venía diciendo, el observador profundo, aprende a muy temprana edad a ocultar a los demás su capacidad de profunda de observación y análisis, dejándola relegada a casos muy puntuales en su vida donde la muestra sin temor alguno. Esto es así porque el observador teme, y con razón, aislarse completamente del mundo. Pero aún si no se aisla completamente del mundo, tiende a sentirse, solo, distraído, melancólico durante la mayoría de las veces.

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La razón de esto, es porque sabe que siempre será un incomprendido, y mientras no aprenda a lidiar con esta realidad tendrá que sentirse como si fuera el único halo de vida inteligente en un planeta lleno de seres impensantes. No obstante, el observador sabe perfectamente que hay muchos otros como él, pero son tan pocos comparativamente hablando, que pocas veces se los topa.

El observador y el mundo

El observador, siente rabia, impotencia e incomprensión por las masas cuando estas eligen como presidente o gobernantes a estúpidos ignorantes y/o corruptos, y cuando cualquier acto de injusticia, o cualquier otro hecho injustificado sucede a su alrededor. Pero sabe muy bien que esto sucede en el mundo por estar lleno de gente que mira, y ve sin observar realmente, sin analizar lo que pasa y la razón última de las cosas.

El observador sabe por su propia naturaleza, que por no observar, es que el mundo está lleno de seres que no analizan, no reflexionan y no saben reconocer ni discernir lo que está bien de lo que está mal. La observación, es el fenómeno que falta para despertar consciencias!

Obvervar te da discernimiento, comprensión y razón. Observar, requiere a la vez de mirar y de ver, y se nutre con ello, pero va un paso más allá y analiza el fenómeno, lo clasifica, lo clarifica, lo distingue, lo discierne; y ello permite al observador, estar un paso adentale a todo, en un doble vínculo de abstracción e implicación ante los eventos, personas y cosas.

El valor de observación entonces es inconmensurable en todos los aspectos, pero especialmente mucho más, en un mundo donde la mayoría de la gente prefiere generalmente no observar.

Dicho eso solo me queda decirles por ahora: Éxitos y progreso para todos ustedes, lectores invisibles!