Cajon de recuerdo del primer trabajo de mi Padre.
Siempre luchó para que sus hermanos pudieran acceder a sus estudios así que entre una actividad u otra, logró con mucho amor lo que se propuso de momento, paso por diferentes tropiezos hasta de tener que dormir en la calle por situaciones externas que no le permitían llegar a casa, gracias a Dios que nunca lo desamparo, fue un excelente hijo, excelente hermano, excelente esposo y excelente padre, desde su silencio siempre luchaba por cubrir todas las necesidad de todos, primero como hijo, segundo como hermano, tercero como esposo y padre.
Cuando tuvo la mayoría de edad experimentó otros trabajos puesto que ya lo reconocían como un hombrecito responsable, aunque la edad nunca es símbolo de responsabilidad, eso se adquiere en la primera escuela que es el hogar y mi padre siempre tuvo una excelente escuela. Ya con la mayoría de edad decide irse a trabajar en el restaurant de un amigo, allí estuvo muchos años, entro lavando platos y fue desempeñando una excelente labor hasta llegar al puesto de encargado, ya que el amigo conoce su lealtad y responsabilidad, le confió muchas cosas incluso el manejo de la contabilidad. Luego del tiempo y por lo lejano del lugar, se vio en la necesidad de renunciar porque quería algo más cerca de su hogar, con mucho dolor le notificó a su amigo y dejo parte de su corazon ahi. Ese lugar ya hoy no existe, solo quedan escombros pero en el alma de su amigo y en la nuestra queda vivo ese recuerdo.
Pasaron los años y estando más cerca de su hogar un día otro amigo lo recomienda con un señor de origen español que había colocado un restaurant en la carretera nacional Falcón - Zulia. Mi padre se presentó en el lugar y de nuevo le tocó empezar de cero, lavando platos, cocinando y todo lo que se hacía en la cocina de aquel lugar hasta un dia que el español reconoció ese esmero y voluntad que lo impulsó a ascederlo de puesto, le dio la responsabilidad de atender el espacio del comedor, lugar en el que conoció al amor de su vida que hoy es mi madre y que lo acompañó hasta el último momento. Al tiempo de relación decidieron casarse y mi papa decidio seguir con el señor español que ya no era un jefe si no un amigo. Con la única persona que compartía el señor era con mi papa por la gran confianza que le tenía.
Al tiempo de ver que mi papa pasaba todo el dia en ese restaurant y mi mama quedaba sola en casa, un tío materno le ofreció un local a solo 7 kilómetros de aquel restaurant, con las palabras: Metase ahi compadre y cuando pueda me paga algo de alquiler. Fue para mi padre la propuesta mas bonita que le habían hecho y sin lugar a dudas, acepto, ya no iba desde cero. Sería la representación de lo que había sido un sueño, su constancia, su lealtad y su humildad lo llevaron a aquel escalón.
Con mi madre embarazada se metieron en aquel lugar, iban de cero solo en la parte económica, no tenían mucho dinero para surtir, apenas unas galletas y si alguien pedía algo mi papá salía a buscarlo en las bodegas para solucionarle al cliente. La primera buseta encava que hizo parada en ese lugar, fue un corre corre, el chofer pidió unos huevos revueltos, pero resulta que no habian, mi papá que era el mesonero solo trago grueso y en su mente dijo y ahora que hago, entro a la cocina donde estaba mi mama y ella en desespero salió corriendo a casa de mi abuela materna a prestarle los huevos para cumplir con el pedido y el cliente se fuera satisfecho. En casa de mi abuela no solo le prestaron los huevos si no también unas cebollitas para condimentar, con el corazón contento cumplieron con el pedido y así fueron creciendo como empresa, hasta poder surtir un buen inventario y tener variedad en el menú. Al restaurant le colocaron de nombre La Ensenada.
Mi papa en La Ensenada.
En La Ensenada estuvo más de 10 años, trabajando y entregando todo su amor a las personas que llegaban al lugar, acompañado de mi madre logró tener sus empleados de la misma comunidad, aunque fuesen sus empleados, la relación que siempre hubo fue de amistad, los trato y los quiso como unos amigos mas.
Cuando se venció el último contrato de alquiler en La Ensenada, mi padre decide mudarse a Coro y por medio de un cliente que ya se había hecho su amigo consiguió un dinero prestado para comprar una panadería y poder seguir trabajando para el sustento del hogar. Muy asustado asumió el compromiso de comprar ese local y con parte del dinero prestado, el amigo le dio la facilidad de pagar en cuotas el dinero donde estaría cancelando capital e intereses, impulsado por mi mama y mi hermana cerró los ojos y de nuevo acepto lo que Dios estaba colocando en su camino, así fue como adquirió su último lugar de trabajo y donde transcurrieron sus últimos días
El local queda en la urbanización donde vivimos actualmente, se llama Monseñor Iturriza, funcionaba solo una panaderia y charcuteria, pero mi papá sentía que ese no era su fuerte, que no manejaba muy bien el tema de los panes y tampoco tenía maquinaria para hacerlos, entonces fue modificando poco a poco todo el local entre varias remodelaciones hasta que lo convirtió en abasto y carnicería y que decidió llamarlo Las Marías, ya que mi hermana y yo llevamos el Maria en nuestros nombres. En este lugar transcurrieron días muy especiales para mi padre, con su entrega y servicio se fue ganando el amor de toda la urbanización e incluso sitios aledaños. Se dedicó a trabajar con mucha pasion y dedicacion para ayudarnos a cubrir nuestros estudios y para tener el pan de cada día en nuestra mesa.
Con el fruto de su entrega y esfuerzo salió de la deuda adquirida y fue cubriendo otros gastos de rigor, nunca tuvo mala cara para levantarse a trabajar, nunca estaba cansado, siempre tenía el mismo espíritu y las mismas ganas, su pasión era el trabajo, los clientes le decían que le iban a hacer una estatua y emocionalmente fue así. Estuvo atendiendo a los clientes hasta un Domingo del mes de Junio del año 2017 que un gran dolor no le permitía orinar, fue un cáncer de riñón que se expresaba a través de su cuerpo, en ese momento empezó la batalla y lucha que lo separó del trabajo y lo llevó a la cama de un hospital. Entre exámenes médicos y juntas médicas, nos enteramos que dentro de su cuerpo estaba aquel tumor que ya había logrado comprometer resto de sus órganos, en ese momento se detuvo todo para nosotros y creció un terrible miedo de perder el ser que luchó hasta el último momento por nosotros. En familia nos entregamos a ese proceso, pero ya papa estaba dando sus últimos intentos de despedirse de nosotros.
Su familia, sus clientes y sus amistades, solo queríamos verlo regresar a ese negocio que tanto quiso, pero bueno la voluntad de Dios fue otra y un dia de Septiembre, nos dejo, quedando para todos impregnado en nuestros corazones para siempre. Como parte de ese adiós, un vecino y cliente con mucho amor le hizo un poema y que compartió con todos el dia del sepelio.
Poema escrito por el vecino Jose Aular.
Me gustaría invitar a participar a
@ana20,
@luis.lucia,
@jlufer.
Enlace
Recordar es vivir.
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Honor para tu padre, estoy segura que donde esta esta feliz de tus palabras y lo orgullosas que estas de el. Gracias por participar en Concurso: 🏆 Digno Trabajador🏆, tienes la entrada #105
@anasuleidy Gracias, así es amiga. Muy orgullosa de lo que fue y a él le agradezco muchas cosas que me enseñó ♡. Mi chino por siempre.
Que bello relato amiga, tu padre debe estar orgulloso al ver que has escrito esto en su honor. Se te siente el orgullo en cada párrafo, hasta he visualizado todo porque lo describiste como toda una novelista. Sencillamente hermoso amiga.
@rmm31 Gracias por la visita. Así tal cual lo expresas amigo, así es. En cada palabra hay muestra de ese amor y orgullo de haber tenido ese gran padre. Saludos!