Gracias a TERMINATOR por mucho tiempo hemos imaginado un apocalipsis donde la inteligencia artificial cobra vida, decide que los humanos son un estorbo y emprende un plan para dominar el mundo y apoderarse de los recursos del planeta, tras bambalinas se cuecen historias que conmocionan la opinión publica y no precisamente por culpa de las máquinas sino por la manipulación de personas o corporaciones de poder que ejercen sus influencias en medios y algoritmos de comunicación, una guerra silenciosa entre la libertad y el poder de querer controlarlo todo.
En nuestra historia moderna hemos visto como dos grandes bloques ejercen presión para dividir a la humanidad, unos con un discurso de libertad que nos fuerza a seguir un sistema y el otro que culpa a los demás por no poder imponer un modelo de pensamiento. A grandes rasgos podemos encontrar muchas aristas y maneras de ver el mundo, pero, a veces, la historia no es como nos la cuentan y solo por el capricho de ganar popularidad menospreciamos lo que otros han logrado para enaltecer nuestros errores y hacerlos brillar como si fuésemos héroes combatiendo sin recursos ante un enemigo muy poderoso. Sin embargo, la historia es una línea de tiempo donde cada personaje tiene su verdad, su punto de vista y sus sesgos.
No todo es malo, también es verdad que estamos viviendo una época dorada. Tenemos más expectativa de vida, hay menos hambruna, y si, hay que decirlo, hay menos guerras que antes. La diferencia es que hoy en día estamos mas informados de todo lo que pasa en el mundo, la mayoría de las personas del planeta tenemos la historia universal escrita en la palma de la nube, perdón en la palma de la mano y el conocimiento a la distancia de unos cuantos clics.
A pesar de esa evolución que hemos logrado como humanidad aún queda muchísimo por hacer, mucho por construir y mucha calidad de vida por desarrollar y para lograrlo tenemos que librar la guerra mas épica que nos podamos imaginar, la luz contra la oscuridad, la transparencia contra la manipulación y que los hechos enseñen más que las palabras, una guerra entre la descentralización y la concentración de poder, una guerra donde el concepto de pueblo (donde cada quien solo por el hecho de existir cree que lo merece todo) muere y el brillo de ciudadanía (donde todos tenemos derechos y deberes) resalte, donde todos nos organizamos para construir un futuro o seguimos permitiendo que un par de grupos y no precisamente de máquinas o inteligencia artificial siga reclutándonos para pelear las batallas que ya no nos pertenecen, para tomar parte o alinearnos con una de sus corrientes, hablo de una guerra contra quienes fomentan las guerras, La Última Guerra de la Humanidad.

TECNOLOGÍA BLOCKCHAIN VS CENTRALISMO/AUTORITARISMO