Hoy en día podemos ver una gran cantidad de estilos pictóricos de manos de un ejército de nuevos artistas que se se han desarrollado en esta última década, un gran contraste entre los que se acercan al realismo e hiperrealismo y los que por el contrario se inclinan mas al abstraccionismo, Como artista respeto cada una de las tendencias pictóricas, sin embargo, hay algo que realmente no puedo apoyar ni respetar, y es la incesante disputa entre cual estilo es mejor que otro; y el encasillarse y enfrascarse a pintar sin propósito alguno mas allá del demostrar una habilidad increíble pero sin ninguna historia que contar en sus obras.

Ocurre entonces el fallo fundamental del asunto, que es el de Recrear en lugar de Crear, el trabajar como fotocopiadoras y volver a pintar de mil formas algo que ya se ha pintado miles de veces antes y limitar nuestro trabajo únicamente a esto, pues es importante aprender de los grandes maestros e influenciarnos de ellos, pero no está bien enfrascar nuestra carrera haciendo réplicas de sus obras una y otra vez. Así como tampoco está bien el tomas una imagen bonita de internet y recrearla hasta el cansancio, pues el artista es un artista justamente porque Crea, porque construye, muestra al mundo lo que hay en su alma, no por recrear toda su vida lo que otros ya han hecho antes.

Pero en cuanto a la contribución en el arte, tenemos mas de un problema, pues es bastante difícil hoy en día hacer una contribución real, pues todo es una copia de una copia de una copia... Y esto no solo ocurre en la industria de la pintura, ocurre en cada rubro del arte. La innovación es un factor determinante en la carrera de cada artista, es importante imprimir un sello propio en cada creación, que a simple vista resuene el nombre del artista al simplemente admirar sus pinturas.

Podemos ver estos sellos distintivos en los trazos largos y definidos, en su temática bastante oscura y depresiva, al mismo tiempo podemos ver la esencia de Vincent van Gogh en sus trazos cortos y fuertes, sus paletas de colores fríos y su temática solitaria y taciturna. Edward Hopper con su estilo realista solía pintar la soledad de una manera muy hermosa, sus escenas con pocos personajes, con una atmósfera bastante fría, hacen de sus obras una influencia muy grande para los artistas de esta generación sobre todo en estos últimos años con la situación actual.

Aprovechando las influencias somos realmente capaces de crear algo distinto, fuera de la norma, podemos entender como plasmar en nuestras obras nuestra forma de ver el mundo, con el equilibrio perfecto entre habilidad y talento, pues como ya he dicho antes, la habilidad sin talento es un don vacío, y el talento sin habilidad, es una maravilla que se desperdicia.