Antes que nada, quiero agradecer a la comunidad Steem Venezuela por este espacio para tratar temas de relevancia social desde el punto de vista psicológico. Me capturó el tema de esta semana: La Depresión Infantil; y quise abordarlo desde una de mis banderas favoritas de la psicología moderna, el modelo integrador de la resiliencia de Kaplan. Les comparto con mucho cariño.

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Para iniciar diré que uno de los más fuertes detonantes de la depresión infantil, por no decir el principal de todos, es la búsqueda incesante de la aceptación y la aprobación por parte de figuras de autoridad: padres, tutores, maestros, entre otros. Cuando esta valoración falla, coopera al detrimento de las emociones del niño o niña llevándolo a irse sumergiendo en el horrendo mundo de la triste profunda, que conocemos como: Depresión.

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Si eres padre, madre o figura de autoridad, te conviene leer esto.

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La depresión infantil es ahora más común que antes. Como ya dijimos, es una situación que inicia en casa y se extiende a lo largo de la experiencia de vida. Nuestros niños se encuentran en formación (cemento blando), y es en los primeros siete años de vida cuando comenzamos a colocar los cimientos para una sana personalidad.

El tema es que hoy en día hay mucho abandono, voluntario o no. Muchos niños está recibiendo la instrucción por parte de algún dispositivo electrónico, o se le deja la importante tarea de enseñar los rudimentos de la vida a algún particular, llámese maestro o como sea, no cayendo en cuenta, que es en la figura del padre y/o de la madre en donde se encuentran todos los insumos necesarios y suficientes para atender la demanda emocional del pequeño.

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Está claro que cada vez son más niños deprimidos a nuestro alrededor... los vemos sumidos en un submundo, en una subcultura (a veces física, a veces electrónica) y esto debe alarmarnos. No es poca la señal que ellos envían cuando padecen de tristeza consecutivamente. No lo obvies, por favor, nuestros niños y jóvenes precisan de la atención dedicada de sus adultos de influencia. No dejes que nadie más lo haga por ti, te corresponde, ya que decidiste ser padre o madre.

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El modelo de la mejora de la autoestima de Kaplan:

Un tratamiento para la depresión infantil

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Ciertamente, el DSM-V y otros manuales de salud mental, tienen procedimientos asertivos para los casos de depresión. Pero este de procedimiento de Kaplan, va orientado en general a los asuntos varios en los que se precise el fortalecimiento de la autoestima.

Cuando un niño carece de la aprobación de las figuras referentes, se da paso a la aparición de sentimientos de autorrechazo, y ahí es necesario intervenir con soluciones compensatorias. Como padres, tutores o maestros, debemos saber que nuestras respuestas sociales actúan mejor cuando son positivas. En caso contrario, una respuesta negativa o el conocido "castigo", conducen a un detrimento de la conducta del niño-adolescente, dándoles a entender que no pueden cubrir las expectativas de sus figuras de autoridad.

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Lo ideal es actuar desde lo positivo. La premisa de Kaplan sería: aliviar toda fuente de malestar (reprobación) con el fin de restaurar el amor propio en el niño que sufre. Es un paso a paso, a veces lento, siempre dependiendo en gran medida del círculo de apoyo con el que cuente el afectado o niño deprimido.

El modelo de intervención ante la depresión infantil, con base en la resiliencia (Kaplan, 1986 y 1987), conduce básicamente, a que que el niño o niña concilie una forma de valorarse positivamente, validar sus emociones sobre sí mismo, tomando en consideración la valoración positiva de quienes le rodean. ¡Interesante! ¡Tiene que ver con los padres, otra vez!

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Flancos que se tratan en la terapia de depresión infantil:

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Primero: Cómo se auto concibe el individuo, en los niveles de: congnición, imaginación y conciencia. Vale la pena abordarlo a través de recursos lúdicos.

Segundo:Con base en lo anterior, cómo se juzga el niño a sí mismo, y a quienes le rodean.

Tercero: Cómo influye la autoevaluación a nivel emocional hacia sí mismos (reacciones propias).

Cuarto:Cómo lograr que los sentimientos negativos obren en favor de su progreso en la capacidad de auto-mejora y autoprotección.

Quinto: Si lo anterior (la automejora y la autoprotección) son un hecho comprobado en la conducta, se espera que el niño tratado vaya reemplazando los sentimientos estresantes por unos compensadores. Ya desde este flanco se espera que la resiliencia vaya tomando partido.

De modo gráfico se vería más o menos así:

Modelo integrador de la resiliencia de Kaplan (2013)

Un niño con resiliente es flexible ante el impacto y se recupera fácilmente; vendría a ser como ese junco que soporta la tempestad por su flexibilidad, que le permite inclinarse y recuperar la verticalidad en cuanto amaina el viento.

O sea, que la resiliencia fundamentalmente actúa en medio de la depresión infantil en reunir habilidades de afrontamiento que conlleven a:

• sana interacción social
• previsión de dificultades
• posibilidad de resolución de conflictos
• razonamiento adecuado sobre las consecuencias del actuar propio
• mayor autonomía e i identificación de propósito de vida .

Lo que se espera al tratar la depresión con el modelo integrador de Kaplan, lo resumo en esta tabla:

DEPRESIÓN VS	RESILIENCIA
Aislamiento	Socialización
Ineficacia	Proactividad
Previsión de desastres	Previsión ajustada a lo real
Dependencia	Asertividad
Desesperanza	Propósito de vida
Temperamento pesado	Positividad sana
Autorrechazo	Autoestima

La fuente bibliográfica consultada para el desarrollo teórico de esta publicación fue:
Rodríguez, María De la Fe. Manual de promoción de resiliencia infantil. Ediciones Pirámide. España, 2002

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CONCLUYENDO

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Quisiera decir que es todo, pero, lamentablemente el tema es tan amplio como cantidad de niños hay en el mundo. Los flancos que te ofrezco arriba sobre un posible trato de la depresión en niños, conducente a la enseñanza de la resiliencia, como instrumento para vencer la depresión. Idealmente sería que no haya niños deprimidos (si se trata de una depresión de tipo orgánico el tratamiento no aplica, porque hay que indicar fármacos, lo más seguro).

Si notas que un estudiante tuyo, o tu propio hijo, o algún niño de tu familia da señales de estar deprimido, no lo dejes para después, hay cosas que puedes hacer por él desde tus propias capacidades. Y cuando se trata de una depresión patológica, por favor, deriva a un especialista, porque cada vez son más los casos de niños en situación de abandono emocional, incluso cuando están en un posible "hogar".

Seamos empáticos, pongámosle un alto al desinterés, miremos a nuestros niños a la cara, y no a través de una pantalla. Tratemos con amor, valoremos las particularidades de cada cual, seamos realistas con respecto a las expectativas sobre nuestros hijos, paternemos y no juzguemos.