Los ataúdes inquietos

in #leyendas5 years ago

Thomas Chase, dueño de una plantación en Barbados, compró en 1807 una cripta familiar en el cementerio Christ Church. Ese mismo año, una pariente suya, la señora Goddard, fue sepultada ahí. Un año después, ahí fue enterrada la hija recién nacida de Chase, Mary Anna. Su otra hija, de nombre Dorcas, fue sepultada en la misma cripta en 1812. Hasta ahí todo normal, pero meses después, al morir Thomas y abrir la cripta para depositar su cuerpo, hallaron el ataúd de Mary Anna en la pared opuesta y los otros ataúdes regados por toda la cripta.

Cuando enterraron a otro familiar en 1816, de nuevo la cripta estaba en completo desorden, sin embargo la arena del piso se encontraba intacta. Una vez más fueron acomodados los ataúdes y cerrada la cripta. Casi dos meses después, hubo otro entierro y se repitió la escena: ataúdes regados por todo el lugar. Los lugareños empezaron a decir que se trataba de un castigo por la crueldad de Thomas Chase en vida.

En 1819 se tuvo que abrir nuevamente la cripta pero esta vez se reunió una multitud, incluído el gobernador de Barbados, curiosos por saber si se repetiría la historia... Y así fue. El gobernador verificó que los ataúdes fueran de nuevo acomodados y mandó sellar la pesada puerta.

Un año después, una persona dijo haber escuchado ruidos en el interior de la cripta, el gobernador regresó al cementerio y encontró los sellos intactos, abrieron la puerta y los ataúdes no solo estaban de nuevo en desorden, sino que uno de ellos había dañado la pared. La familia, horrorizada, decidió enterrar a sus muertos en tumbas separadas y la cripta permanece vacía desde entonces.

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