ventajas y desventajas de comer carne de res
Beneficios
• La carne de res contiene creatina, la fuente de energía del musculo que aporta el ATP necesario para realizar los primeros segundos de trabajo fuerte.
• La carne de res contiene vitamina B6 para estimular el sistema inmunológico, lo cual ayuda a mejorar la recuperación después de prácticas extenuantes. Además promueve el metabolismo y la síntesis proteica.
• La carne roja contiene carnitina, necesaria para mantener normal el metabolismo de los lípidos y aporta aminoácidos de cadena ramificada para la renovación muscular.
• La carne roja contiene potasio, mineral necesario para la elaboración de la hormona de crecimiento y IGF-1 hormonas usadas para estimular el crecimiento muscular.
• La carne de res es también rica en proteína: 4 onzas de rosbif magro aportan alrededor de 22 gramos de proteína de primera clase.
• La carne de res es una fuente de ácido linoléico conjugado [CLA] un potente antioxidante que combate las lesiones tisulares preserva la masa muscular actuando como agente anti catabólico.
• La carne de res contiene zinc y magnesio. El zinc es otro antioxidante que contribuye a la síntesis proteica y al crecimiento muscular, igual que pasa con la vitamina B6 y la glutamina y refuerza el sistema inmunológico. El magnesio mantiene la síntesis proteica, mejora la fortaleza muscular y la eficiencia de la generación de insulina - hormona anabólica primaria del cuerpo.
• La carne de res contiene hierro uno de los constituyentes más importantes de la sangre y que constituye prevención a la anemia.
• La carne de res contiene alanina. Aminoácido empleado en la elaboración del azúcar de las proteínas dietéticas. Si su ingestión de carbohidratos es baja, la alanina viene al rescate proveyendo a los músculos con energía para permitirles seguir laborando.
• La carne de res contiene vitamina B12 esencial para la generación de glóbulos rojos, células que entregan oxígeno a los tejidos musculares. También ayuda al metabolismo para abastecer al cuerpo con energía para el trabajo corporal.
Desventajas:
Según expertos en nutrición, el consumo de carnes en exceso genera proteínas y grasas de más. Como bien dice el refrán, todo en exceso es malo, entonces hay que lograr que nuestra alimentación sea más balanceada y que nuestro cuerpo adquiera nutrientes de distintos alimentos, no sólo de la carne.
Si exageramos en el consumo de carne procesada podemos hacer mal a nuestro intestino, hasta llegar el extremo de causar cáncer. Así que es conveniente no abusar, ya que también podemos desarrollar otras enfermedades como la diabetes, colesterol alto y estreñimiento.
Las enfermedades intestinales (cáncer del aparato digestivo, enfermedades inflamatorias intestinales, diverticulitis del colon…) vivieron un importante aumento en el siglo XX. Es muy probable que la causa principal fuera el incremento en el consumo de carne roja de mala calidad: embutidos y carne procedente de granjas industriales, etc.
Hasta 1945 la carne era todo un lujo y no se comía más de dos veces por semana; hoy en día está siempre presente en nuestros platos. En los restaurantes prácticamente ya se da por hecho: quitando aquellas ocasiones en las que tomamos pescado, siempre toca carne. Y al que elige un plato de verduras casi se le mira raro.
Sin embargo, las estadísticas son claras: en todos los países en los que el consumo de carne roja aumenta, las enfermedades digestivas también lo hacen.
Allí donde crece el consumo de carne de vaca, la incidencia de cáncer de colon es mayor.
Puede que la explicación sea que la carne de vacuno contiene virus resistentes a la cocción. Pues bien, al cocinar este tipo de carne, aparecen nitrosaminas cancerígenas. Los virus de la carne atacan la pared de los intestinos, creando así infecciones listas para convertirse en cáncer bajo los efectos de las nitrosaminas.
No obstante, hay que procurar no demonizar a un alimento que desde tiempos inmemoriales forma parte de la alimentación humana.
El problema podría estar provocado en gran medida por la pésima calidad de la carne que se consume en la actualidad.
Hoy en día, para aumentar la productividad se alimenta a los animales con maíz, cereales o harinas animales a menudo enriquecidos con aditivos. Sabemos que se crían en unas condiciones de hacinamiento inconcebibles y que, en algunos casos, incluso son sacrificados de una forma tan horrible que el ex Beatle Paul McCArtney llegó a declarar: “Si las paredes de los mataderos fueran de cristal, todo el mundo sería vegetariano”.
Nos encontramos muy lejos de la imagen del feliz rebaño pastando hierba en verdes prados, que son las condiciones de vida naturales de las vacas, y eso podría claramente explicar los efectos nocivos del consumo de carne en nuestra salud.
Por todas estas razones y muchas otras más que buscan proteger el medioambiente, Jérémy Anso, del sitio web sobre nutrición Dur à Avaler, recomienda enérgicamente no sobrepasar los 300 gramos de carne por semana, lo que equivale a dos hamburguesas o a una ración grande en un restaurante.
La verdad es que esta recomendación me parece de lo más sensata.