Hola a todos mis amigos y colegas de esta maravillosa plataforma. Los que me conocen saben que a mí me gusta comenzar dándoles mis mejores deseos para que su crecimiento personal y económico siga en alza dentro de Steemit. Si es primera vez que me lees, pues déjame comentarte que mi meta dentro de esta plataforma es psicologizar steemit, teniendo la intención con cada una de mis publicaciones fomentar el crecimiento personal de las personas que me leen.

En esta oportunidad quiero hablarte de una de las manera de cómo ocurre nuestro crecimiento personal, y así sepas como fomentar el propio. Esto lo hare usando como apoyo uno de las historias del pequeño monje Yichan. Esta es una serie animada que trata de un pequeño niño que va aprendiendo sobre la vida junto con su maestro. Veremos que cada uno de los videos de esta serie se encuentran nutridos de la filosofía Zen.

Esta serie animada es publicada por la cuenta de youtube de Youtube&Weibo&Wechat:@一禅小和尚, y actualmente solo están siendo subtituladas al español en la página de Facebook de @Es China, siendo este el lugar de donde extraigo los videos.

Sin más preámbulo comencemos:

Primero que nada quiero resaltar que lo primero que le enseña el maestro a Yichan es que el tiempo de crecimiento para cada quien es diferente, que por ello no vale la pena estar comparándose con los demás. En psicología pregonamos que, los procesos psicológicos son diferentes para cada persona, puesto que las vivencias y la manera de percibir el mundo son diferentes inclusive para un mismo individuo a lo largo de su vida. El duelo por la muerte de una madre es vivido diferente por cada uno de sus hijos, a pesar de que haya sido la misma persona que se fue de sus vidas.

El tiempo que dure un proceso psicológico de crecimiento en una persona no indica que esta sea mejor o peor que otra. Estos procesos son vivencia subjetivas que tienen cada persona, los cuales son los que determinaran la calidad de su vida, claro está que ellos depende de que decida hacer la persona con ellos, si afrontarlos o evitarlos.

La siguiente indicación que le da el maestro a Yichan es de cómo iniciar su proceso de crecimiento, para lo cual le indica que “el primer paso para crecer es levantarse del lodazal”. Esto para mí se refiere que lo primero que tenemos que hacer es, darnos cuenta de toda aquel barro que cargamos en nuestra espalda que nos pesa, entorpece nuestro caminar e impide ver nuestra verdadera esencia.

Este barro viene siendo todas aquellas cosas aprendidas mientras crecíamos, que en su momento nos sirvieron para soportar las angustias vividas y los malos tratos recibidos cuando éramos pequeños, pero que ahora nos limita en nuestra vida. Un ejemplo de esto son todos aquellos comandos que aprendimos en nuestra infancia como que los niños no lloran, las niñas no gritan o se molestan, los varones son buenos con los números y las mujeres son de la casa.

El no permitirnos llorar o enojarnos tal vez nos ayudo en su tiempo para enfrentar las diferentes injusticias que vivíamos de pequeños, que aquellas veces que nos defendimos de ellas seguramente empeorábamos la situación. El problema estriba en que, al pasar los años estas premisas se quedaron enquistadas en nosotros y se volvió una armadura que nos sigue defendiendo en la actualidad. Pero todo esto tiene su precio, el cual es que nos limita a seguir repitiendo los mismos patrones de conducta a pesar de que ya somos otros, y que la situaciones actuales ameritan otro tipo de resoluciones. Esto nos genera malestar, o como bien lo defino en su tiempo Albert Einstein: “La locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.

Esos comandos que aprendimos de pequeños nos han vuelto neuróticos, impidiéndonos realizar aquellos que en verdad queremos hacer, lo cual nos ha llevado a sentirnos insatisfecho con nuestra vida. Ahora nos toca deshacernos de todas aquellas cosas que nos sobran.

Pero les advierto que esto no será una tarea fácil al principio, puesto que debajo de toda aquella mugre que nos cubre se encuentra cosas que nosotros decidimos en su momento ocultarlas. Estos son aspectos que no aceptamos como parte de nuestros ser, tales como la vulnerabilidad, ira, tristeza, miedo, entre otras. sin embargo, ese barro que nos cubre también nos impide ver otra cosas de nosotros como la resiliencia, valentina, fortaleza, espontaneidad.

Dándole la forma que queremos a nuestro diamante

Luego de pasar la primera fase que consistía en darnos cuenta de todo ese lodazal que nos cubría, ¿qué es lo siguiente que sigue? Pues ahora lo que nos toca hacer es aceptar lo que tenemos, y ver cómo podemos usarlo para alcanzar las metas que deseamos lograr.

Hay que ver a todo aquello que encontramos debajo de ese lodazal como un material en bruto con que vamos construir nuestro camino; ya de por sí lo estamos usando, solo que hasta ahora no nos habíamos dado cuenta con que era que construíamos. Por ejemplo, las emociones forman parte de nuestra evolución como una especie única en el mundo, que a lo largo de la historia nos han ayudado a adaptarnos al medio en el que habitamos. Entre estas esta la ira, que si nos dejamos dominar por ella pudiera perjudicarnos más en nuestra vida que beneficiarnos; pero que si aprendemos a usarla a nuestro favor se nos hará más fácil afrontar los obstáculos que aparezcan en nuestra vida.

Para lograrlo, necesitamos desarrollar una autodisciplina en nosotros que nos ayude a darle la forma que queramos a la materia prima que tenemos para construir nuestra vida. Esto es lo que le quiere enseñar el maestro a Yichan cuando le dice que hay que ser responsables. La responsabilidad es: la habilidad que posee una persona para responder hábilmente a una situación. Para lograr desarrollar la responsabilidad en nosotros, tenemos que aprender a ser disciplinados con las cosas que nos propongamos.

Volver a ser como niñxs

Si nos detenemos a pensar por un momento recordaremos con facilidad que este consejo que da el maestro de Yichan no es la primera vez que lo escuchamos. Este consejo lo ha dado anteriormente grandes maestros de la historia de la humanidad, que yo en este momento solo nombrare a dos por ser, pudiera decir yo, polos opuesto uno del otro; ellos son Jesús Cristo y Friedrich Nietzsche.

Pero ¿Por qué hay que volver a ser como niñxs?

Estos maestros no quieren decir con ello que solo podemos disfrutar la vida a esa edad, o cuando fuimos jóvenes; sino lo que quieren decir ellos es que debemos atrevernos volver a vivir nuestra vida con mente de principiante. Como si todo lo estuviéramos viviendo por primera vez, con una mirada eternamente curiosa.

El mejor ejemplo de ello que le puedo dar es que observen como un niño pequeño se come una chupeta. Ese niño puede ser que ya haya comido chupeta con anterioridad, pero el esta tan implicado en ese momento que la disfruta como si fuera la primera vez. Mientras se la come podemos ver como se llena toda la cara con la chupeta, que su atención está centrada en ese momento y nada lo logra distraer, sino que es capaz de comérsela en plenitud.

Todos alguna vez tuvimos esa capacidad, solo que con el peso del barro que llevamos a cuesta nos limitan para que vivamos en plenitud aquello lo que hacemos en cada momento. Así que la recomendación que te hago en este momento es: atrévete a ver cada comento como si fuera la primera vez que pasa, no dejando que los prejuicios lo llenen con los viejos fantasmas del pasado.