Mi Pasión, el Yoga.

in #life6 years ago (edited)

El yoga llego a mi vida en un momento clave, un momento en el que me sentía triste y necesitaba encontrarme a mí misma, particularmente no sabía que lo necesitaba ni tampoco tuve la iniciativa, el conocer esta maravillosa disciplina es algo que le debo a mi mama, ella no sabía con exactitud por todo lo que estaba pasando, ni mis conflictos internos, siempre he sido reservada en ese aspecto, para sincerarme totalmente, pero si sabía que necesitaba ese algo, que necesitaba bajarle al estrés y a las preocupaciones que me atacaban en ese preciso instante, así es como ella me presenta el yoga y me insiste para que comience, según sus palabras era algo que yo “necesitaba” y en definitiva no estaba equivocada.

En retrospectiva puedo decir que conocer el yoga me cambio la vida. Entré a la universidad para nada segura de qué quería, si bien logre que me gustara y disfrutar plenamente el proceso siempre sentí que algo faltaba, conocer el yoga me hizo darme cuenta de lo que verdaderamente quiero hacer con mi vida, muy a pesar de las dudas de muchos, esta es mi pasión, la encontré y definitivamente me quedaré con ella, durante todo el proceso he descubierto muchos aspectos importantes, el más importante de todos: el yoga ha sido una herramienta para encaminarme hacia el amor propio, me sacó de ese punto terrible en el que sé, casi todos han estado, no me quería lo suficiente, no me aceptaba tal cual soy, creo que ni siquiera me conocía, el yoga desde entonces ha sido y sigue siendo la herramienta para lograr amarme y aceptarme tal cual soy, tal cual lo hago hoy en día.

Cada mes tuve la oportunidad de conocer personas inspiradoras, que llegaban a llenar de luz cada pedazo oscuro de mi ser, es muy extraño, tal vez cosas del destino, pero llegaban en el momento preciso y justo con esa palabra o frase que necesitaba, llegaban a retarme un poco más a hacerme cuestionar mis acciones, mi estilo de vida, a todos los maestros les debo mi gratitud y profundo respeto, me enseñaron a mirar más dentro, a estar aquí consiente, me quedan cortas las paginas para contar todos los beneficios que el yoga me ha traído.

Cada nueva ásana es un reto, es un proceso de estudiar el por qué puedo o no puedo realizarla, si es fácil o me cuesta muchísimo, es romper en llanto en plena clase para luego sincerarme y descubrir qué sucede, es deleitarme haciendo aquellas que siento tan cómodas, tan mías, tan familiares. El yoga me ha permitido notar actitudes en mí, detenerme, estudiarlas y si es preciso mejorarlas, cambiarlas, me ha permitido arriesgarme, dejar la pena de lado y compartir con otros mi proceso, dar clases ha sido gratificante y muy especial es interesante ver como el yoga puede mover tanto a pequeños como a grandes.

Comencé con niños, en el salón de mi mamá, fue complicado, me topé con niños que no me hablaban, otros tan inquietos que a veces me costaba controlar, pero al pasar las clases empecé a notar cambios pequeños, unos se comportaban mejor, otros empezaron a realizar las clases, a compartir y expresarse, ese fue mi primer regalo, nunca olvidare la evolución de Barbara, una de las más pequeñas, tenía rato que no me sentía tan llena, ahí descubrí que tal vez eso de dar clases era el camino, después gracias a una de las maestras del diplomado me anime a dar clases de yoga prenatal, me encantó la conexión que pude lograr, lo hermoso que es trabajar con esas mujeres y esos pequeñitos, esta etapa me enseño a ser más intuitiva a tratar de percibir que es lo que el alumno necesita, ellas me enseñaron a conectarme más con mi femineidad y sensibilidad, a aprender y disfrutar a través de ellas de ese hermoso proceso lleno de sorpresas, y qué más gratificante que ayudarlas a sentirse mejor, más tranquilas y que esos pequeñitos al nacer reconozcan mi voz, muero de amor cada vez que lo recuerdo, meses después tuve la oportunidad de trabajar en un preescolar, ellos con sus locuras y ocurrencias me hacían disfrutar cada hora, incluso aún tengo sus dibujos.

Hoy en día continuo aprendiendo, la verdad a veces siento que no se nada, que me hace falta estudiar tanto… Sin embargo, lo que he aprendido me ha servido para ayudarme y ayudar a otros, en este momento me encuentro impartiendo clases para adultos y personas mayores, sin dejar de lado a los niños. Sigo aprendiendo del proceso y de cada alumno, intento vivir el yoga más allá de mi mat y ese ha sido uno de los grandes retos que me he puesto, difícil de cumplir y aún más en esta situación en la que se encuentra mi país, y en general difícil de cumplir con todas esas pruebas que la vida te pone día a día, sé que aún tengo mucho por aprender pero estoy dispuesta. Me enamore del yoga, amo esta disciplina y me quedan cortas las palabras para contar mi experiencia, solo puedo decir gracias y Namaste.