La cocción al vapor: Esta técnica se ha usado desde hace siglos en las cocinas de Oriente, concretamente en China y Japón. En los últimos años, la occidental la ha adoptado como sinónimo de alimentación sana.
Tiene muchas ventajas: los alimentos conservan toda su vitamina, mantienen su sabor y no aportan grasas porque el calor les llega a través del agua.
Puede definirse como una variante de la cocción en liquido, porque el vehículo de transmisión de calor de los alimentos, es el vapor del agua.
Aunque en Occidente no ha sido tan popular como en Oriente, la nueva cocina la ha rescatado y la utiliza con profusión, porque favorece la conservación de algunos nutrientes , especialmente en vitaminas y sales minerales, de los vegetales, ademas de mantener el sabor natural de los alimentos.
Como no precisa grasas, es adecuada también para quienes sigan regímenes hipocaloricos.
GANAR Y NO PERDER
Al igual que el hervido o el escalfado, la técnica de vapor responde a la cocción por conveccion: la transmisión del calor se produce gracias al desplazamiento de un liquido o de un gas como el vapor que entra en contacto con los alimentos que se desee cocinar.
Sin embargo, a diferencia de las otras dos técnicas , no se produce un intercambio de jugos, ya que en este caso, el alimento no esta sumergido en el líquido sino suspendido, sobre el gracias a las cazuelas especiales de vapor.
De esta manera absorbe humedad y aromas, pero no cede nada, ni nutrientes importantes para el organismo, ni sabor. El vapor, que es menos denso que el agua, entra en contacto con la comida con menor frecuencia, pero con mayor energía. La temperatura durante este proceso es un poco mas alta que la que se registra durante el proceso de ebullición. La unica desventaja esta en que, generalmente, precisa tiempos mas largos, inconveniente que puede evitarse cortando trozos el alimento que se desea cocer.