¿Qué haría el amor un domingo por la tarde?

in #love6 years ago
El amor sonreiría aunque la vida grite. Tocaría mil puertas y entraría sin esperar respuesta porque para él, todas las casas son su hogar. Apartaría la vista de aquellas situaciones que no se pueden cambiar. Soltaría los amarres que sujetan la alegría. ¡Cuánto disfruta el amor ver danzar a la risa!

El amor saldría al parque y se encontraría a sí mismo en cada árbol, en cada hoja, en las pinceladas de azul que dió algún artista al cielo, en cada respiro de paz de las personas a su alrededor.

También podría ir a un café y pedir un dulce para dos, aunque él sea sólo uno. Su naturaleza es tener dulzura y belleza para dar cuando el ocaso llega y el día es seducido por la noche y sus estrellas.

¿El amor? El amor se contaría a sí mismo como un chiste y aunque no tenga a nadie cerca, reiría tan fuerte para hacer de su risa, el eco de todas las risas del mundo.

El amor reconocería a la soledad como su mejor amiga, quizá la más íntima, su confidente en las tardes de cine en casa. Aquella que lo conoce a profundidad y le muestra su reflejo, sus matices, sus notas alteradas y también, sus silencios cargados de botellas sin abrir e historias sin contar.

El amor es un loco. La soledad, su inspiración. Y la libertad, su patria. Sólo cuando puede volar hacia su propio infinito, entiende que aunque todo pueda cambiar por la dialéctica del mundo, él es. Permanece inmutable porque el tiempo no puede rozar su rostro, ni el viento puede borrar sus huellas.

Un domingo por la tarde, el amor saldría a caminar y vería el universo en los ojos de la gente, sin temor a que lo ignoren. Tal vez se encontraría con algún niño que le devuelva la mirada con una sonrisa y en ese momento, se haría con un nuevo amigo.

El amor seguiría su camino con las manos en los bolsillos. Siendo. Amando. Observando a las personas sin llegar a tocarlas, pues los domingos son días de descanso, así que no tendría ganas de asumir las consecuencias de su tacto.

Entonces seguiría libre, sin pertenecerle a nadie. Bailando con la brisa de la tarde sin importar lo que piense la gente. Sintiéndose feliz pero solo eternamente...

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Fotografía tomada por la autora