¿QUÉ SIGNIFICA LA RESILIENCIA Y CÓMO DESARROLLARLA?

Muchos de nosotros hemos tenido situaciones adversas en nuestra vida que hemos tenido que afrontar , adaptarnos y sobrellevarlas. Entre éstas se incluyen tragedias, traumas, estrés severo o amenazas, lo cual no significa que no sintamos dolor emocional, malestar o incluso inseguridad.
El tener la facultad para sobreponernos y adaptarnos a las nuevas circunstancias de lo anteriormente descrito se llama RESILIENCIA.
Es importante mencionar que la resiliencia no es genética, sino que la aprendemos a través de conductas y maneras de pensar que se pueden desarrollar si tenemos la voluntad de hacerlo y mediante la práctica.
Es deber de los profesores y padres de familia promover la resiliencia en nuestros alumnos o hijos mediante la identificación de sus fortalezas, apoyarlos a pensar de manera más realista y flexible, en ser más asertivos, en la solución de problemas y toma de decisiones.

A continuación se exponen algunas estrategias que debemos aplicar para desarrollar nuestra resiliencia:

• Escribir una lista de los motivos por los que debemos estar agradecidos en nuestra vida. Puede ser desde el agua caliente con la que nos bañamos, hasta saborear nuestros platillos favoritos o estar rodeados de nuestros seres queridos. Es sorprendente la cantidad de razones por las que debemos sentirnos privilegiados.

• Creer de manera positiva en nuestras habilidades: debemos recordarnos habitualmente nuestros logros y fortalezas. Está comprobado que la autoestima juega un papel muy importante en afrontar el estrés y recuperarse de acontecimientos difíciles.

• Encontrar un sentido y propósito a nuestra vida: esto incluye involucrarse más en nuestra comunidad, cultivar nuestra espiritualidad o simplemente participar en actividades que nos sean significativas. Por ejemplo: ejercicio, leer un buen libro o hacer manualidades.

• Aceptar los cambios: debemos adaptarnos, ser flexibles ante los cambios y movernos en direcciones diferentes. Mientras algunas personas pueden romperse con cambios súbitos y fuertes, las personas resilientes son capaces de adaptarse y salir adelante.

• Recordar nuestras recuperaciones: en momentos difíciles, a menudo recordamos que otras personas, como los refugiados de guerras o gente con cáncer, la han pasado peor y han logrado salir adelante. Seremos más resilientes si nos recordamos a nosotros mismos los retos que con anterioridad superamos personalmente.

Tenemos que tomar en cuenta que se vale llorar, caernos y quebrarnos, pero siempre considerando que somos naturalmente resistentes y que poseemos el potencial de recuperarnos de las adversidades que se presentan en nuestra vida: de desarrollar la resiliencia.