Concurso de Microrrelatos de Terror #MicroTerror256 - Semana 2 - Vampiros.

Sus pisadas estaban sincronizadas en movimientos sigilosos.

Movimientos que le permitían una visión calmada de su presa.

La calle estaba alumbrada por faroles altos de luz amarillenta, que hacían ver la noche, como un sustento de adrenalina certificada.

La chica cada vez más cerca del peligro podía sentir sobre su espalda una mirada tan pesada como sigilosa que no la dejaba respirar con tranquilidad. Podía presentir el peligro, sus instintos lo decían.

No necesitaba buscarla con la mirada, con sólo escuchar su respiración, podía concentrarse hasta el severo punto de escuchar las palpitaciones de su acelerado corazón. Podía percibir el calor emanar de sus poros cuando volteó desesperada, buscando que su mente fuera la causante del miedo, que no existiera un acechador atrás, pero sus ojos la habían retractado de sus pensamientos, sus pies la habían traicionado, dejándola estática mirando la figura negra acercarse. Dejo de ser una sombra cuando su rostro quedo frente a ella, le advirtió que esto sería mejor si mantenía el silencio. Que efectivamente, su presentimiento no le había fallado, y que sus gritos no servirían de nada ahora.

Una fuerza mayor le impedía escapar. Rozó los dedos por su cuello, bajo por las clavículas y subió de nuevo para luego deleitar sus labios con el sabor de la piel. La línea roja caía haciéndose más potente, lágrimas sobre sus mejillas eran lo único que con un destello avanzaba sobre su rostro. Sus ojos lo miraron con desesperación, una esperanza que se desvanecía, rogando por misericordia hasta el último de sus segundos.