Sunrises (Life experiences) / Amaneceres (Vivencias)
One of my dreams, since I have use of reason, has been to live in a place where I can see both sunrise and sunset, living in front of the sea. Sometimes, I look like a girl in an amusement park, when I travel and observe buildings with the characteristic of having mountains behind, and facing the immense sea.
I fantasize, seeing me there, waiting for the sunrise, with a good cup of coffee, and the same at sunset. In fact, the first time I traveled to the city of Lecherias, Anzoategui State, I was shocked with so many buildings, huge, facing the sea. The truth is that he asked me: - "Could it be that those who live in them take delight in observing so much beauty? Will they enjoy seeing every sunrise and sunset?" -.
But as they say over there, nobody knows what they have, and whoever does not have it is the one who appreciates it, that happens commonly. The truth is that, wherever we live, the sun makes its best exit and entry every day. Each color in the sky drawn by these beautiful sunrises and sunsets are worth contemplating. In my opinion, it is something relaxing, something that allows us to connect to what is priceless, but it has an incalculable value.
You do not need a plasma screen, Internet connection, or anything else to contemplate, simply the desire to want to keep in our infinite memory, these beautiful moments that gives us the creator of all things. While my dream of living in front of the sea comes true, I will continue to raise my alarm, as always, to get up at 5 am, and run to the patio of my house, and so, in the front row, to contemplate that show, something that, Certainly, I value in truth. For sample, I leave you the dawn of today October 4, from my home.
Uno de mis sueños, desde que tengo uso de razón, ha sido vivir en un lugar donde pueda ver tanto el amanecer como el atardecer, vivir frente al mar. A veces, parezco niña en un parque de diversiones, cuando viajo y observo edificaciones con las caracteristica de tener montañas detras, y de frente, el inmenso mar.
Fantaseo, viendome allí, esperando el amanecer, con una buena taza de café, y lo mismo al atardecer. De hecho, la primera vez que viaje a la ciudad de Lecherias, Estado Anzoateguí, me quedé anonadada con tantos edificios, enormes, frente al mar. La verdad es que me preguntaba : -"¿ Será que quienes viven en ellos se deleitan en obsevar tanta belleza? ¿Será que disfrutan de ver cada amanecer y atardecer?"-.
Pero como dicen por allí, nadie sabe lo que tiene, y quien no lo tiene es quien lo aprecia, eso pasa comunmente. Lo cierto es que, vivamos donde vivamos, el sol hace su mejor salída y entrada cada día. Cada color en el cielo dibujado por estos hermosos amaneceres y atardeceres valen la pena contemplarlos. A mi parecer, es algo relajante, algo que permite conectarnos a lo que no tiene precio, pero tiene un valor incalculable.
No se necesita una pantalla plasma, conexión a internet, u otra cosa para contemplarlo, simplemente las ganas de querer guardar en nuestra memoria infinita, estos bellos momentos que nos regala el creador de todas las cosas. Mientras mi sueño de vivir frente al mar se hace realidad, yo seguiré poniendo mi alarma, como siempre, para levantarme a las 5 a.m, y correr al patio de mi casa, y así, en primera fila, contemplar ese espectáculo, algo que, ciertamente, valoro en verdad. Para muestra, les dejo el amanecer de hoy 4 de Octubre, desde mi casa.
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