El sol y la luna (Cuento/poema)
Él siempre quiso vivir una historia de amor real, pura y diferente a las demás.
Pero ya era viejo, estaba cansado de esperar y siempre se creyó insuficiente para los demás.
No creyó nunca ser hermoso o siquiera tener una cualidad, un talento o especialidad.
Sin embargo quería sentirse vivo de nuevo, esta vez fuerte y audaz.
Así que pidió a los astros que le concedieran, con bondad, aquel fuerte deseo para que se volviera realidad.
El pacto se hizo y con ansiedad él salió presumiendo con altivez su nueva personalidad.
Conquistaba a cualquiera: mujeres, hombres, niños, a todos por igual. Era el ser más encantador que en la tierra pudiera habitar.
Caminando por los oscuros pasadizos de la ciudad una voz sollozante pudo escuchar, y cuando se acercó pudo vislumbrar el mas perfecto rostro, imposible de olvidar.
Ella siempre quiso vivir una historia de amor real, pura y diferente a las demás.
Pero era muy joven, llena de energía y siempre fue mucho para los demás.
Una indomable fiera de pálido rostro y vulgar andar.
Era hermosa, bondadosa, muy talentosa, todo en ella era una cualidad. Tocaba el arpa como un ángel y cantaba sin parar.
Sin embargo no quería seguir viva, sentía su vida un desperdicio en la humanidad.
Así que pidió a los astros que le concedieran una oportunidad, si se enamoraba se quedaba sino se iría de esta realidad.
El pacto se hizo y con ansiedad ella salió en busca de su fortuita oportunidad.
Los dos se encontraron, se amaron con una fuerza sobrenatural.
Pero el día que menos esperaron, los astros vinieron a reclamar la otra parte del pacto que había que cobrar.
Ella podía quedarse, seguir en el plano terrenal. Disfrutar su juventud y seguir cantando los sonetos de la irrealidad.
Él debía irse, despedirse de su amada pues era lo que el pacto implicaba.
Ellos se amaban con mucha pasión, no podían ni imaginarse el uno separado del otro y no aceptaron la condición
Así que decidieron hacerle a los astros una mala jugada, huyeron en la noche cuando nadie lo esperaba.
Al enterarse de esto, encolerizados, persiguieron a los enamorados.
Los encontraron haciendo el amor y desataron la furia sobre los dos.
Ahora están condenados a no verse jamás, él sale de día, ella pertenece a la oscuridad.
Sin embargo su amor logró ser tan puro, poderoso e irracional que cada 200 o 300 años se vuelven a encontrar, en lo que comúnmente se conoce como eclipse solar.
El puño de la justicia cayó sobre ellos sin piedad, viven impacientes por volverse a besar pero les reconforta el alma que al fin tuvieron una historia de amor real.
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