Una tarde de fútbol innecesario / Relato corto 001

Jueves 5 de octubre del 2017
Hoy las personas están atentas al encuentro futbolístico entre la selección de Argentina y la del Perú.

Decido dar una vuelta para despejar ideas y relajarme, aprovechando que las calles están vacías y casi ningún automóvil va por la pista.
A los minutos veo al otro lado de la vereda a una niña, unos dos años. Veo por todos los lados, incluso a la otra vereda, pero parece no haber nadie más en la calle en unos 100 metros a la redonda.
Me acerco a la niña e intento preguntarle su nombre, o donde están sus padres, pero su corta edad hace imposible que pueda dar información útil, yo a este barrio me mudé hace poco, por ello no conozco a nadie de la zona.

Un mototaxista pasa por la pista en esos momentos, se detiene y me pregunta:
-¿Joven conoce a esa niña?
-No, no la conozco y no se de donde es.
-Hace rato cuando estaba subiendo con la moto casi la atropello, estaba cruzando la pista sola.
-¿Quieres ayudarme?

En eso una señora aparece, diciendo que había visto a la niña deambulando sóla y que tampoco sabía de quién era.

-Bueno, vamos a la comisaria y la presentamos como una niña perdida, necesitaré que me acompañen.

A los que tanto la señora como el mototaxista asistieron, la comisaría

Los tres rendimos nuestro testimonio de cómo habíamos encontrado a aquella niña. Dejé mis datos personales para que pudieran contactar conmigo en caso aparecieran los padres.
Estuvimos un buen rato, conversando de qué había pasado con ésa niña; el mototaxista dijo: "Seguro sus viejos se quedaron viendo el partido y la niña salió y ni se dieron cuenta"
La señora agregó: "Padres de mierda, desnaturalizados, traen hijos para dejarlos a su suerto"

Yo también apoyaba la tonta teoría de que los padres se distrajeron con el fútbol. Y digo que es tonta esa idea, ya que, qué clase de persona se descuida de sus hijos por dedicar tiempo al fanatísmo, sea de la índole que sea.

Ya de regreso el mototaxista me hace el favor de llevarme hasta la esquina de mi casa, al despedirnos vimos a una mujer, jovén ella, llorando por la calle.
-Señora ¿Le ha pasado algo?
-Mi hija ha desaparecido, estaba viendo el partido con mi marido y ya no estaba sollozos estoy buscándola y no la encuentro llanto
Tuve que aguantarme las ganas de darle una cachetada, pero el dolor que ya llevaba consigo, supongo yo, era suficiente escarmiento.

-Señora, vaya a la comisaría, allí está su niña, no la vaya a perder nuevamente que podrían y deberían quitársela por negligente.

Opinión: No soy una persona que le guste el fútbol, pero no considero que las personas a las que sí les gusta, estén erradas; pero como todo los gustos, rutinas e ideologías, hay una delgada pared que las aparta del fanatismo, debemos reconocer a estas manifestaciones deportivas como el "show" que representan.