Nada cambia
Y en la oscuridad
sigue apareciendo el recuerdo,
como luz de veladora.
Nada cambia en mi tiempo.
Las lágrimas se acumulan en mi rostro,
hasta dibujar cauces que parecen retornar.
No hay esperanza, solo agonía.
Las paredes agrietadas empiezan a derrumbarse.
Cierro los ojos, y en la oscuridad
sigue apareciendo el recuerdo,
como luz de veladora.