Stranger Things 2 análisis: El Fondo Del Mundo.
Regresar al mundo de Stranger Things y a sus personajes es también regresar al momento de crisis. Ahora también cicatrizado como trauma. Pero no se queda habitando en el pasado. Tampoco en una dimensión lovecraftiana. Se descubre que está bajo tierra, por todas partes, detrás de las armoniosas fachadas, como fingir ser un par de adolescentes bobos por una noche o, si se prefiere, en las enredaderas inconscientes. Hay algo habitando debajo de esas mentes cuyos abismos sirven para comunicarse con otras realidades. La realidad debajo de la tierra, el fondo del mundo, es también nuestro fondo. Pues nosotros no conocemos el mundo como espectadores sino como actores.
Cuando escribí un artículo por motivo de la primera temporada ( https://despuesdelosabismos.blogspot.com/2016/07/stranger-things-el-monstruo-de-lo.html
) el cual recomiendo leer antes para entender algunas de mis pretensiones presentes, me dediqué a señalar la crisis. El irrumpimiento del monstruo era esa crisis, algo extraño al orden de un poblado tradicional. Ahora encontramos que el orden es fachada, cuando se devela la oscuridad que yace detrás de esa fachada, es cuando se presenta lo ominoso. Pasa de ser un tema social o político a uno ontológico.
Lo primero que habría de señalar es el horror lovecraftiano que impregna a la temporada. El nuevo enemigo, cuya representación nos recuerda sin duda a los horrores cósmicos de H.P.Lovecraft, bien podría tratarse de un ser similar a Nyarlathotep o Yog-Sothoth. Pero ese infierno necesita sus cancerberos. Esos perros con algo de parásito, reptil y demoniaco, nos recuerdan sin duda a Los Perros de Tindalos creados para la obra de Los Mitos de Cthulhu por Frank Belknap Long, uno de los integrantes del Círculo de Lovecraft. En ambos casos, perros provenientes de dimensiones ajenas.
Es fácil inclinarse por profundizar y teorizar sobre una realidad multidimensional. Pero me parece mejor interpretar esa otra dimensión como la única realidad. La monstruosidad ajena a todo lo humano, esa que habita del otro lado, parece ser un buen ejemplo de una voluntad ciega y violenta, eso Real que se oculta tras la belleza del mundo. ¿Qué pasaría si Will no fue poseído por ella, sino que la dejó entrar o, mejor aún, la dejó salir de su propio interior? ¿Qué pasa si el genio artista, el pintor del romanticismo, no fuera poseído por un impulso sublime y natural de inspiración, sino que este más bien fuera el punto de algún grado de liberación de la voluntad ciega del mundo de la que nos habló Schopenhauer? ¿No encontramos acaso en Will el ejemplo del artista? No habría manera de distinguir entre el genio inspirado por sus sueños y Will a la hora de crear una representación sobre esas hojas de papel.
El punto clave de la serie es que igualmente tratan de huir de ello, tal como vimos en la primera temporada. Pero Will se para frente a lo ominoso y lo enfrenta. Por supuesto, en la serie nos lo muestran como víctima, pero bien podríamos decir que además de horror sintió fascinación. Su experiencia fue más allá de la experiencia de lo sublime en donde el entendimiento humano queda superado. Una vez que la oscuridad entra en él, la inspiración le hace dibujar el verdadero horror detrás de las cosas, debajo de la tierra, el mapa que no se ve, pero que crece por toda la realidad. Las raíces o enredaderas de la naturaleza que crece en su impulso ciego. Como el impulso ciego que domina a Will y le hace perder su principio de individuación para ser parte del todo, o de la mente enjambre de la monstruosidad.
¿Quién es el mago? Siguiendo algunos arquetipos podemos decir que es quién nos hace soñar. Algunas veces asociado con el hombre de arena o Morfeo, algunas otras con el payaso que salta entre las dos realidades. En nuestra serie se asocia a Once, en la analogía de nuestros héroes infantiles con el personaje de su juego, además de que ella brinca también entre los dos mundos. Pero en la segunda temporada surge el personaje de Ocho, quien encaja mejor a la hora de referirnos al mago como aquel que nos hace soñar. A diferencia de Once, el poder de Ocho no tiene un efecto directo en la realidad, sino en la psique de los individuos. Es interesante ver que mientras que el numero 8 está asociado con la noche, las justicia y el equilibrio, el número 11 está relacionado a la fuerza de voluntad individual. Algo sin duda que se refleja en los ideales políticos de ambas. Para Ocho es más importante la repartición de justicia, mientras que para Once es más importante la compasión y la emotividad personal, dejar las cosas por la paz. Es decir, huir de la crisis, como es el desenlace de la primera temporada. Sin embargo, respecto a sus poderes, Once es quien tiene un efecto directo con la realidad que es la fachada, mientras que Ocho crea nuevas capas de esa fachada, lo que podemos relacionar inmediatamente con la pregunta constante de qué pasaría si la realidad entera fuera una ilusión, la delgada línea entre el sueño y la vigilia que es a lo que siempre quiere llamar nuestra atención el mago. Once supone, pues, que la realidad está ahí, está segura de eso y no hace más que manipularla, pero Ocho sabe que la realidad puede ser presentada al antojo.
Es por esto que Once es quien tiene que cerrar el portal que nos conecta con el fondo del mundo. Porque tiene que mantener la creencia de que el mundo que habita junto con sus amigos, es el único mundo posible. Cierra la entrada a la madre, esa entrada que dejó atrás al nacer, justo después de re-encontrarse con su madre biológica.
El otro lado de la realidad, esa otra dimensión oscura, puede ser interpretada como la manifestación de la pulsión de muerte, del impulso a regresar al vientre. No me parece gratuito el parecido que hay entre varias entradas a la otra dimensión y el órgano femenino. Incluso hay una escena en donde parece que Once está saliendo del parto, con su cuerpo lleno de fluidos pegajosos.
Once entonces quiere escapar de ahí y quiere que ese horror no se mezcle con lo bello del Velo de Maya. Mientras que intentan hacer que Will regrese a su principio de individuación, a un estado de conciencia individual y no a un Todo en donde la individualidad y la diferencia se pierden. Podemos decir que Will se encuentra en un estado dionisiaco, haciendo alusión al joven Nietzsche de El Origen de la Tragedia, que aun se encontraba influido por las ideas de Schopenhauer.
Por otra parte, los terrores de la primera temporada siguen presentes: los rusos, el peligroso avance de la ciencia, el bosque. En el bosque habita Once (El Mago) o, mejor dicho, nuestra Bruja. El inhóspito bosque ajeno a la tranquila vida del pueblo. Once es la bruja no sólo por su analogía con el juego de sus amigos o su habitar ajeno a la civilización dentro de una choza en el bosque, es también la mujer que se revela ante la idea de estar guardada en el hogar. Conflicto que sirve también como reminiscencia del trauma del cautiverio al que se vio forzada debido a la autoridad del padre. Cautiverio que se repite ahora con una nueva figura paterna, bajo el supuesto de que la mujer es algo que tiene que ser cuidado y protegido. Por medio de esta nueva figura paterna, tiene una reconciliación con el padre al final, de la misma forma en que puede decir adiós a la madre por medio de su viaje y poder cerrar así las puertas de la pulsión de muerte. Algo parecido a una película hermana en espíritu como lo es Super 8, en donde el protagonista tiene un desarrollo similar. Probablemente un mejor ejemplo de esto es el final de Evangelion.
Por último, tras hacer todo este recorrido por distintos símbolos e ideas expuestas en la serie, no queda más que concluir que esa otra dimensión es realmente el trasfondo de la realidad en un sentido ontológico y psicológico. Todas las manifestaciones del horror en la cultura tienen una explicación similar. El horror es siempre aquello que rompe las ilusiones de los personajes o de una sociedad, desde el horror cósmico de Lovecraft, hasta el fondo del mundo y la pulsión de muerte que debemos a Freud. Queda también la misma conclusión que el artículo de la primera temporada: una pequeña comunidad conservadora siempre tratará de borrar del mapa ese conflicto o crisis para regresar a la normalidad. Pero el hecho de que esa realidad oscura siempre se encuentre ahí, dará lugar no sólo para muchas otras temporadas que inflarán bolsillos, sino a muchas otras historias de horror y de manifestaciones de aquello que no podamos entender.